Arento comienza a dar los primeros pasos de su nueva etapa. El grupo cooperativo está a punto de cerrar su reestructuración financiera con un pool de 20 entidades, un hito vital para encarar el futuro con optimismo. Por lo pronto, ya se han firmado dos operaciones de financiación por un importe de 5,5 millones con las dos principales entidades, por lo que el proceso se encuentra «muy avanzado» y con «buen rumbo». De hecho, «antes del verano» podría estar listo, afirman desde Arento.

La gestión económica y el elevado endeudamiento a corto plazo de los últimos años llevaron al grupo cooperativo a una complicada situación, lo que obligó a realizar una auditoría, aprobar una ampliación de capital de cuatro millones de euros por parte de los socios y solicitar un aval al Gobierno de Aragón por 14,4 millones. Este respaldo financiero fue aprobado por Hacienda y será debatido en el parlamento aragonés en próximas semanas.

NUEVA DIRECCIÓN / Más allá de los números también se trabaja en el diseño de una nueva estrategia que, casi cinco meses después, comienza a tomar forma. Quien está al frente del nuevo proyecto es su nuevo presidente, Enrique Arcéiz, que trabaja codo con codo con el recién elegido gerente de Arento, Alfonso Campo. El hasta ahora director financiero de la sociedad es, según fuentes internas, el que tiene mejor perfil para abordar el renacer de Arento.

En principio se optó por iniciar un proceso de selección, pero era necesario un conocimiento profundo de la sociedad para actuar con la mayor celeridad. «Es la persona ideal para ordenar el entramado financiero», señala otro buen conocedor del grupo.

Arcéiz y Campo, junto con su equipo y Deloitte, también han comenzado el saneamiento de la sociedad, a través de la desinversión en algunas empresas consideradas no estratégicas para Arento, ya que su participación está por debajo del 10%. Algunas de ellas, como es el caso de Ars Alendi, se han ejecutado ya. A esta hay que añadir, de momento, a Zufrisa, cuya desinversión está muy avanzada. Estas acciones, señala Arento, «ayudarán a mejorar la estructura financiera y permitirán al grupo centrarse en el núcleo de su negocio».

SANEAMIENTO / El nuevo proyecto arrancará con menos socios hasta sumar un total de 40 (frente a los 88 de la etapa anterior). Esta reducción se debe a que muchas cooperativas se encontraban inactivas, aunque figuraban todavía como integrantes de Arento. «Desde hace muchos años no se ofrecían casi servicios», señala el el grupo cooperativo.

Tampoco están dentro del grupo aquellas cooperativas muy pequeñas que casi no tenían actividad, ni propia, ni con el grupo. Además, hay que añadir entre 15 y 20 sociedades que han decidido abandonar el proyecto tras la crisis de confianza que provocaron los problemas financieros de Arento. La mayor parte de estas bajas han sido cooperativas pequeñas, pero hay también salidas de peso, como las de Quinto, Biota, Gelsa o Alagón.

Pese a todo, desde Arento subrayan que alguna de estas cooperativas siguen trabajando con el grupo, ya que tenían algún servicio como las gasolineras. En definitiva, continúan como socios de la sociedad las cooperativas que suponían ya el 90% de su actividad y que, en su mayoría, respaldaron la ampliación de capital de 4 millones.

A pesar de la crisis vivida, el grupo cerró el 2017 con una facturación de 177 millones frente a los 171 del 2016.

Arento, que no prevé reducir su plantilla, (150 empleos directos) confía en que conforme se normalice la situación se produzca un retorno de algunas cooperativas que han salido. «Costará demostrar que hay un cambio real y que se puede confiar, pero se conseguirá», apunta una acreditada fuente de Arento. «Quien esté en el proyecto debe tener claro que cree en él. Lo demás no interesa a nadie», añade.