El Gobierno argentino no está dispuesto a pagar el próximo martes un vencimiento de 2.540 millones de euros al Fondo Monetario Internacional (FMI) si este organismo no le da garantías de que aprobará la nueva revisión de los plazos y metas acordados en septiembre.

Para los analistas internacionales, esta nueva condición es parte del juego que se trae el Ejecutivo de Néstor Kirchner para dilatar los pagos de la deuda argentina con los acreedores privados y que asciende a 70.968 millones de euros. El primer ministro argentino, Alberto Fernández, afirmó que necesita saber si el FMI considerará cumplidas las metas macroeconómicas fijadas en septiembre, lo que permitiría a Argentina recuperar el importe de este vencimiento. Si no, las arcas argentinas perderán el 20% de sus reservas.

El FMI exige que Kirchner reconozca al Comité Global de Acreedores, que firme el decreto para elegir a los bancos que deben preparar la oferta y que comience a negociar. El Gobierno argentino rechaza estas peticiones y prepara un nuevo plan que no dañe el crecimiento del país.

La reunión del consejo del FMI debatirá el martes la sucesión de su director general, Horst Köhler y la del consejero del BCE, Domingo Solans.Como sustitutos se barajan el irlandés Michael G. Tutty, el belga Peter Praet, y el español José Manuel González El vicepresidente del Gobierno, Rodrigo Rato, también ha sido postulado para presidir el FMI.