La autopista AP-1, que conecta la localidad burgalesa de Castañares con la de Armiñón (Álava), levantó en la pasada medianoche sus barreras y se convirtió en la primera vía gratuita tras 40 años de concesión privada. Temporalmente se seguirá encargando del mantenimiento de la vía el grupo Ítinere, al que pertenece la concesionaria y al que le ha sido adjudicado el contrato por procedimiento de emergencia.

Además, el Consejo de Ministros aprobó ayer un real decreto por el que se traspasa al País Vasco la titularidad de los últimos seis kilómetros de la autovía, que discurren por esa comunidad.

La adjudicación de la construcción se llevó a cabo en 1974 y en febrero de 1978 ya se inauguró el primer tramo. El actual precio de la autopista se sitúa en los 12,25 euros para los vehículos ligeros y de entre 13,20 y 25,30 para los pesados.

Su liberalización llega después de que el anterior ministro de Fomento Íñigo de la Serna anunciara que no se prorrogaría ninguna de las concesiones de autopistas que estaban próximas a su vencimiento, como la AP-4 entre Sevilla y Cádiz y la AP-7 entre Alicante y Tarragona, que finalizan en diciembre de 2019.