"Si no suspende alguien, parece como si el test no valiera". La frase la repiten de manera idéntica dos directivos bancarios de dos entidades distintas y resume el sentir mayoritario del sistema financiero español respecto a la prueba de resistencia (stress test, en inglés) y de revisión de los activos que está realizando el Banco Central Europeo (BCE) a la banca europea y cuyos resultados dará a conocer a primeros de noviembre como paso previo a asumir la supervisión de la mayoría del sector.

"El BCE sabe que se juega su prestigio y no buscarse un problema posterior al acoger bajo su supervisión a alguna entidad con problemas no detectados", apunta un alto ejecutivo que conoce bien cómo funciona la institución. "La banca española está preparada. El escenario económico adverso e hipotético de las pruebas (del que se desprenden las necesidades de capital) es asumible respecto al de las realizadas por Oliver Wyman por encargo del Gobierno en el 2012. Pero no descarto que haya alguna necesidad de capital en alguna entidad menor", añade.

Eso sí, a su juicio no serán necesarias nuevas ayudas públicas a las entidades que puedan suspender. De hecho, el BCE toma como referencia los balances de los bancos a fecha del pasado 31 de diciembre, pero muchas entidades ya han tomado medidas desde entonces para reforzar su capital. "Puede haber suspensos pero con las cosas que se han hecho ya, lo que pueda quedar por cubrir será fácil y los inversores privados lo aportarán porque habrá planes de negocio viables y creíbles", apunta un alto directivo de una de las tres patronales del sector.

MENSAJE PÚBLICO La visión de los bancos arroja luz sobre las declaraciones de las responsables públicos. El comisario europeo de Mercado Interior, Michel Barnier, ha afirmado no poder "descartar que haya algunos bancos, españoles o de otros países, con dificultades para aprobar y que necesiten más capital". El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha asegurado que la "inmensa mayoría" de las entidades pasará la prueba "sin mayores problemas". Y el subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, ha mantenido que la posición de partida de los bancos españoles es "en general" relativamente favorable. Es decir, que nadie se ha atrevido a descartar los suspensos que la propia banca da por seguros.

Como suele suceder en estas ocasiones, los rumores y quinielas han empezado ya a circular por el sector. Según distintas fuentes consultadas, la entidad que lo tendría más difícil para pasar el corte sería Cajamar, la mayor de las cooperativas de crédito, que actúa como cabecera de 18 cajas rurales y que cerró el año pasado con una morosidad del 17,2%, una de las más altas del sistema financiero.

El Gobierno, de hecho, prepara una reforma de las cooperativas para acercarlas a los bancos, ya que entiende que su gobierno corporativo --similar al de las antiguas cajas de ahorro: no tienen accionistas sino socios cooperativistas, lo que las hace menos transparentes y les dificulta captar capital-- ha quedado desfasado. Algunas fuentes interpretan que con esta reforma también se busca lanzar un mensaje al exterior en caso de que Cajamar finalmente suspenda, ya es la única cooperativa con el tamaño suficiente para estar incluida en el examen del BCE.

OTRAS ENTIDADES También se señala a Liberbank, pero, de producirse, sería un suspenso que podría calificarse de casi virtual, ya que la entidad liderada por Cajastur ha incorporado accionistas mexicanos y va a realizar una ampliación de capital, lo que en conjunto le aportará 575 millones de euros, que en principio se consideran suficientes para subsanar cualquier necesidad de fondos que pudiera surgir de la prueba (toma como base los datos de cierre del 2013 y no tiene en cuenta, en principio, las operaciones posteriores para reforzar la solvencia).

Los expertos, por su parte, destacan que la banca española afronta la prueba desde una posición sólida. "El principal punto fuerte es que ya se ha pasado por un proceso muy importante de reestructuración, saneamiento y fortalecimiento de la solvencia", apunta Santiago Carbó, catedrático de la Bangor Business School e investigador de Funcas. Joaquín Maudos, catedrático de la Universidad de Valencia e investigador del IVIE, destaca el stress test de Oliver Wyman del 2012, la reclasificación de créditos refinanciados que impuso el Banco de España, y el saneamiento equivalente al 25% del PIB (unos 25.000 millones de euros) realizado.

ALGUNAS DEBILIDADES "Los puntos débiles pueden estar en el valor de las garantías que respaldan la exposición inmobiliaria y el valor de los adjudicados", apostilla Maudos, quien añade que si surgen necesidades de capital "estarán muy acotadas a muy pocas entidades", probablemente algunas de las que han anunciado colocaciones de capital o instrumentos híbridos en los últimos meses. "Se sigue mirando la exposición de las entidades financieras al sector inmobiliario, aunque está bastante saneada y, sobre todo, altamente provisionada", abunda Carbó.