Los activos dudosos y los inmuebles adjudicados se han reducido significativamente desde sus máximos del 2012 y 2013 respectivamente, gracias a la recuperación económica y a la gestión activa por parte de las entidades, principalmente mediante las ventas de estos activos improductivos, que han sido especialmente relevantes durante el 2018, explica el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, en la Memoria de Supervisión del Banco de España, que fue publicada ayer. Pero, asimismo. apunta que pese al esfuerzo realizado, «su nivel sigue siendo elevado, por encima del observado antes de la crisis».

En ese mismo documento, la subgobernadora, Margarita Delgado, explica que una de las tareas más urgentes que tiene la banca española ante sí es «avanzar en la reducción del volumen de activos deteriorados y adoptar políticas de provisiones coherentes con el nivel de riesgo asumido». Delgado, además, afirma que otra de las tareas por realizar es «mejorar la imagen y la reputación del sector en su conjunto con el objetivo de recuperar la confianza de la clientela, principal activo del sector».

Delgado explica en una entrevista que publica el mismo documento que los activos dudosos se han reducido en un 63%, desde su máximo a finales del 2013. Pero en estos momentos, representaban cerca de 190.000 millones de euros, mientras que en septiembre del 2018 se habían reducido a 72.000 millones de euros. «Si bien el esfuerzo es evidente, las entidades deben mantener el impulso actual en la reducción de los activos improductivos». Durante el 2018 se dieron importantes pasos, ya que los bancos españoles fueron muy activos en la venta de carteras dañadas e inmuebles adjudicados.

La reducción de los activos es uno de los aspectos en los que el Banco de España centrará su supervisión, pero también lo hará en la reputación de las entidades y la relación que estas mantienen con sus clientes.