Los bancos llevan desde el 2013 intentando desviar los ahorros de sus clientes de los depósitos hacia los fondos de inversión. Conviene a los consumidores asumir algo de riesgo, argumentan, porque la remuneración de los depósitos está por los suelos (0,05% de media en las nuevas contrataciones) debido a los tipos oficiales en mínimos históricos con que el Banco Central Europeo (BCE) trata de reavivar la economía del continente. Pero también, admiten, es bueno para las propias entidades, ya que los fondos les permiten cobrar comisiones y mejorar sus ingresos.

La reciente decisión de la autoridad monetaria de retrasar aún más la subida de tipos ha hecho a las entidades perseverar en esta estrategia. La última ha sido ING, que hace unos días anunció el lanzamiento de 'Inversión Naranja+': siete carteras de fondos de inversión adaptadas a distintos perfiles de riesgo y con una de las comisiones más bajas del mercado (0,99%). "Los 27.000 millones en la cuenta naranja no son rentables para los clientes, pierden dinero por la inflación. Queremos moverlo a los fondos, pero no todo; a menos de tres años de plazo es mejor dejarlo en un producto absolutamente seguro como las cuentas naranjas", apuntó su consejero delegado, César González-Bueno.

Según expuso el banco, tener el dinero aparcado en la cuenta ya no es rentable: el cliente pierde capacidad de compra si la inflación es superior al interés que se le paga. Entre 1959 y 1999, la remuneración del pasivo fue del 9,7% y los precios crecieron el 7,8%, pero a partir del año 2000 y hasta hoy en día, la primera se ha situado en el 1,8% y los segundos en el 2,2%. Es decir, que 10.000 euros del 2003 habrían perdido el 18% de su valor. "En los próximos cinco años esto no va a cambiar: los tipos van a estar cerca del 0% y la inflación cerca del 2%, con lo que el 9% del poder adquisitivo va a desaparecer", argumentó Francisco Quintana, su director de estrategia.

MÁS INVERSIÓN FINANCIERA

Las autoridades están alineadas con la banca. María Isabel Cambón, subdirectora de coyuntura y estabilidad financiera de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), aseguró el pasado marzo que sería deseable que el "ahorro de los hogares españoles fuera algo superior y que sus inversiones estuviesen más equilibradas entre activos inmobiliarios y financieros". Las familias españolas, argumentó, ahorraron "sistemáticamente menos que las de la zona euro en los últimos 20 años" y sobre todo en activos inmobiliarios. "Mientras la inversión anual per cápita de los españoles en activos financieros se sitúa en 642 euros, en la zona euro es de 1.432", esgrimió.

Según la patronal Inverco, los hogares españoles tienen un 39,9% de activos financieros en efectivo y depósitos y un 60,1% en inversión (acciones, fondos, planes de pensiones y seguros), frente al 30,3% y 69,7% de los europeos. Según una encuesta de Bankinter de principios de año, el 71% de los ahorradores españoles es inversor: el 9% tiene menos de 1.000 euros en productos de inversión, el 34% entre 1.000 y 10.000 euros, y el 37% entre 10.000 y 50.000 euros. Pero curiosamente, el 14% dice no tener ningún conocimiento de los mercados de valores y otro 58% asegura saber solo lo básico. En la misma línea, otra encuesta de Raisin apunta que el 30% de los españoles no tiene una estrategia sistemática de ahorro.