El Banco de España no quiere dejar cabos sueltos de cara a la publicación este domingo de los cruciales resultados de la prueba de resistencia y el análisis de los activos que el Banco Central Europeo (BCE) ha realizado a más de 120 entidades de la eurozona como paso previo a asumir su supervisión. Salvo cambio de última hora, la institución presidida por Mario Draghi informará de los resultados a las entidades el jueves, mientras que el organismo gobernado por Luis María Linde les ha convocado para la mañana del viernes.

Las reuniones serán individuales con cada entidad y, por parte de los bancos, estarán presentes altos directivos de los departamentos financiero, de comunicación, y del responsable de la relación con el propio Banco de España (el de intervención general, normalmente). En algunos casos, el de las entidades más relevantes, serán presenciales en la sede del supervisor en Madrid, mientras que en algunas instituciones más pequeñas se realizarán a distancia.

El objetivo de los encuentros es comentar los resultados y coordinar la forma en que las entidades informarán sobre los mismos. El domingo, el BCE los hará públicos al mediodía y dará una rueda de prensa posterior. El Banco de España tiene previsto emitir una nota informativa global sobre las entidades españolas y los bancos harán lo propio con sus resultados de forma individual.

En el sector se da por sentado que las entidades pasarán la prueba, aunque alguna pueda no hacerlo en la foto fija de su situación al cierre del 2013 pero sí con las operaciones que haya realizado desde entonces (ambos resultados se darán por separado). Muchas entidades, de hecho, han hecho emisiones a lo largo de los últimos meses para adelantarse a las nuevas exigencias de capital o provisiones que puedan surgir. Algunos aspectos, como el tratamiento del fondo de comercio que iba a perjudicar a la banca española, se ha logrado arreglar parcialmente aunque no a plena satisfacción de la banca.

"Todos sabemos más o menos la nota que sacaremos y la foto es buena para prácticamente todos", se apunta. El foco, así, no está tanto en ver si se aprueba como en comprobar con qué holgura se logra y cómo queda la banca española respecto a la francesa o la alemana.

VERSIÓN SUAVIZADA

Una alta fuente del sector apunta que el BCE ha suavizado el examen respecto a su idea inicial: al principio hacia más hincapié en la dureza de la prueba y ahora en la transparencia que supone y en que el mercado está sobreestimando las necesidades de recursos que se van a destapar. Su mayor fortaleza, así, va a ser la de ofrecer un "nivel de transparencia brutal" sobre las entidades, aunque ello tiene el "lado oscuro" de la dificultad de "absorberla" por parte del mercado, que genera el riesgo de una excesiva "simplificación" en los análisis.

Sobre los resultados en el conjunto europeo, afirma que "va a haber mucho suspenso virtual", en referencia a las notas al cierre del 2013 y en el presente, y señala a Deutsche Bank como un posible ejemplo de ello. En el caso español, no prevé problemas aunque reconoce que el nivel de capital es inferior al de otros países por la ponderación más estricta del riesgo de los activos (a partir de la cual se mide la solvencia). El verdadero desafio, advierte empero, no es superar la prueba sino lograr modelos de negocio viables y sostenibles y volver a la rentabilidad.

Otras fuentes del mercado, no financieras, estiman que si hay alguna entidad que suspende no necesitará inyecciones de fondos públicos sino que podrá captarlos de forma privada. Sin embargo, añaden que superar la prueba no garantiza que todos los bancos estén preparados para afrontar un empeoramiento pronunciado de la situación económica. Todavía hay algunos, sostienen, muy vulnerables por la baja calidad de sus activos (es decir, su posibilidad de caer en morosidad) o su excesiva exposición a la deuda pública o la financiación del BCE.