Duro enfrentamiento entre el Banco de España (BdE) y el Ministerio de Economía por las competencias sobre el futuro mecanismo de rescate y la liquidación de bancos en crisis en España. El ministro Luis de Guindos quiere que la nueva Autoridad de Resolución recaiga en el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), organismo creado en el 2008 por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, y no en el Banco de España, lo que ha hecho saltar chispas en el regulador bancario.

La Autoridad de Resolución es una pieza fundamental de la nueva unión bancaria que equivale a ser el brazo ejecutor del Banco Central Europeo (BCE) en España, encargado de resolver las crisis bancarias de entidades españolas con el mínimo coste para el contribuyente de acuerdo con la nueva normativa europea. Desde el pasado 4 de noviembre, el 80% del sistema financiero español ha pasado a ser supervisado y controlado desde el Banco Central Europeo (BCE) con sede en Fráncfort. El nuevo Mecanismo Único de Supervisión (MUS), entidad dirigida por la francesa Danièle Nouy y en la que participa el BCE, será el encargado de vigilar a todos los bancos más significativos de la zona euro para evitar que se vuelvan a repetir crisis bancarias como las que se han producido durante la crisis.

PREVENIR FUTURAS CRISIS Pero, junto con el mecanismo de supervisión, la unión bancaria contará con un Fondo de Resolución Bancario, una gran hucha constituida por las aportaciones de los bancos y que estará operativa en el 2016. Si todo este dinero acumulado no fuera suficiente para resolver una crisis bancaria, accionistas y acreedores deberían asumir las pérdidas y solo en última instancia se aportaría dinero público.

El objetivo de la unión bancaria es que las crisis se detecten de forma precoz y que se tomen decisiones con rapidez para que cuesten el mínimo dinero a los contribuyentes. Para ello se cuenta con una tercera pata, además de la supervisión y de la hucha, el Mecanismo Único de Resolución (MUR).

Antes del 31 de diciembre, todos los países del euro deberán adaptar una directiva europea para designar una Autoridad de Resolución nacional que trabaja de forma coordinada con las instituciones europeas. La directiva europea reconoce que se le puede atribuir estas competencias a la autoridad de supervisión nacional, en este caso el Banco de España. Pero se pide que si se opta por esta solución, se garantice la separación entre supervisión y resolución.

El pasado 28 de octubre, el ministro Luis de Guindos ya dejó claro que no apuesta por el BdE para esta función de liquidación y de rescate bancario y que "la nueva autoridad de resolución recaerá en el FROB". "Todos los países pertenecientes al MUS, con la única excepción de Finlandia, están optando por encuadrar la autoridad de resolución en la misma autoridad con competencias de supervisión", señaló el BdE en el último Informe de Estabilidad financiera hecho público la semana pasada.

Desde el regulador español se considera que el FROB está controlado por el Gobierno y que no garantiza la independencia de la Autoridad de Resolución, según explican fuentes cercanas al BdE. Está previsto que el Gobernador del BdE, Luis Maria Linde, intervenga en el Congreso a finales de noviembre y aproveche la situación para escenificar su descontento.

El conflicto competencial está servido y es el último episodio de una guerra larvada entre el regulador y el ministerio de Economía. Recientemente, el banco ha perdido la garantía de ser el responsable de regular las normativas contables de las entidades financieras. Un brazo de intervención que es más potente que muchas otras recomendaciones genéricas, ya que permitía entrar en las cocinas de los bancos, para controlar comportamientos que amenazasen la solvencia. Ahora, el Instituto Español de Contabilidad adquiere también competencia en ello, a discreción del Ministerio de Economía.

Otro episodio que no ha gustado en el BdE ha sido la imposición, por parte del Gobierno, de absorber la actividad de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, encargada de emitir la cuota de billetes que asigna el BCE. Desde el BdE se considera que esta no es la función del regulador, que se ha asumido pasa salvar la plantilla pero en contra de los intereses de la entidad y su estructura.

El prestigio del Banco de España ha quedado tocado por la crisis. El anterior gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, fue muy criticado por no haber sabido anticipar la burbuja financiera que se llevó por delante todo el sistema de cajas de ahorros.