E Banco de España congeló ayer las expectativas de Sacyr-Vallehermoso para entrar en el capital del BBVA con el 3,1%. El banco que gobierna Jaime Caruana, en la segunda carta que envía a la constructora, precisa que con lo que se sabe, hasta ahora, "no cabe entender que la participación que pretende adquirir esa entidad en el BBVA pueda calificarse de significativa", tal y como desde el primer momento manifestó Sacyr, que quería convertirse, de esta forma, en un accionista significativo, participar en la gestión y tener consejeros.

Además, el banco considera que "no tiene que pronunciarse a los efectos previstos en la normativa", ni cabe "inferir" de su anterior misiva "ninguna de las interpretaciones que ustedes le atribuyen, ni ninguna otra que no sea la derivada de su propia literalidad". Aquí, el lenguaje críptico del Banco de España vuelve a jugar una mala pasada, porque no está claro que interpretó Sacyr y por eso pidió nuevas aclaraciones.

En cualquier caso, de la nota de ayer, se infiere que el Banco de España no está a favor, en absoluto, de una entrada de la constructora en el segundo banco del país. Pero la autoridad financiera no puede manifestarse más claramente.

Según la ley, sólo puede pronunciarse, si la constructora llega al 5,1% del capital del BBVA. Pero aclara que el 3,1% "no es una participación significativa para nada". El banco supervisor responde así a las insistentes peticiones de Sacyr para que aclarara si aprueba o rechaza la operación.

DIFICIL SALIDA En paralelo, el subgobernador del Banco de España, Gonzalo Gil, envió ayer un nuevo mensaje a otras personas, vinculadas a la operación. En él, sin comprometer la posición del banco central, Gil deja claro que el asalto urdido a la cúpula del BBVA tiene una difícil salida.

El argumento de fondo, según fuentes financieras, es que la quinta constructora del país, con el endeudamiento más elevado del sector, no puede controlar o ser accionista de referencia, del segundo banco nacional, 15 veces mayor que Sacyr.

EMPRESAS PRIVADAS Unas nuevas declaraciones de la vicepresidenta primera de Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, al término del Consejo de Ministros, insistían en que "por el momento, el Gobierno no tiene nada que opinar" en este intento de compra, porque es un tema entre empresas privadas.

El PP, sin embargo, entiende que el Gobierno sí que ha tenido algo que ver en la operación, y por ese motivo ha pedido la comparecencia en el Congreso de los Diputados del asesor económico del presidente Zapatero, Miguel Sebastián.

Sin embargo, sorprendieron de nuevo, las tibias declaraciones de Arias Cañete, que no rechazó de plano la operación de compra de los constructores, al tiempo que aseguró que "no entramos a valorar la operación", pese a que el segundo responsable del grupo parlamentario del Partido Popular, Vicente Martínez-Pujalte, la atacó con dureza la semana pasada.