El Banco de España no se cree ni las previsiones de ingresos del Gobierno ni las de déficit público incorporadas en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para el 2019. El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha comparecido este lunes en la Comisión de Presupuestos del Congreso de los Diputados y allí ha considerado que las previsiones de ingresos formuladas por el Gobierno "están sujetas a riesgos a la baja muy significativos", al tiempo que ha elevado a un mínimo del 2% del PIB la estimación de déficit público para el 2019, muy por encima del 1,3% comprometido por el Ejecutivo de Pedro Sánchez.

En la práctica, se podría decir que el Banco de España considera que las previsiones de ingresos del Gobierno están infladas en 4.000 millones de euros, como mínimo, y que el objetivo oficial de déficit (del 1,3% del PIB) se desviará, como poco, en casi 8.800 millones al alza.

Hernández de Cos sí ha considerado que la previsión oficial de crecimiento de la economía para el 2019, del 2,2%, está en línea con la formulada por el Banco de España en diciembre. No obstante, ha advertido de importantes riesgos a la baja en esta previsión como consecuencia de la desaceleración del crecimiento en la zona euro y de los efectos de los nuevos impuestos programados por el Gobierno (tasa digital e impuesto sobre transacciones financieras)

OPTIMISMO EN LOS INGRESOS

Según las previsiones del Gobierno, los ingresos por impuestos y cotizaciones sociales crecerán en el 2019 el 8,2%, una tasa que se reduce al 6,9% si se descuentan los ingresos derivados del sistema de Suministro Inmediato de Información (SII) del IVA que este año contará con la recaudación de un mes adicional en terminos de caja (por un efecto escalón que compensa que en el 2018 solo se contabilizaron 11 meses). El Banco de España rebaja esta tasa de crecimiento del 6,9% al 5,6% (tomando en cuenta la respuesta histórica de los ingresos al crecimiento de la economía española) y eso lleva a la conclusión de que la previsión de ingresos del Gobierno estaría inflada en al menos unos 4.000 millones de euros.

Eso, dando por hecho que se cumplirían las previsiones recaudatorias del Gobierno ligadas a los cambios impositivos adoptados por Hacienda y que, según el Banco de España, están sujetas a "una elevada incertidumbre", en particular cuando se trata de las nuevas figuras tributarias (la tasa digital y el impuesto sobre transacciones financieras). Porque si no se logran los 5.654 millones que Hacienda espera por los cambios impositivos, la desviación de 4.000 millones aún sería mayor.

Además, según De Cos, los cálculos del Banco de España se han efectuado bajo la hipótesis de que los nuevos impuestos tendrán efecto desde el 1 de enero del 2019. Lo cierto es que los proyectos de ley del Gobierno prevén su entrada en vigor tres meses después de su definitiva aprobación por el Congreso de los Diputados, lo cual lleva al segundo semestre en el mejor de los casos, habida cuenta de la debilidad parlamentaria del Ejecutivo. Tomando en cuenta esta circunstancia, la sobrevaloración inicial de unos 4.000 millones que se desprende de los cálculos del Banco de España aún será mayor.