Casi todos los compromisos que se marcó hace cuatro años la comunidad internacional en la Cumbre del Milenio para conseguir un mundo mejor en el 2015 corren el riesgo de quedar en papel mojado o cumplirse con desequilibrio. La pobreza extrema se ha reducido, pero ese progreso no llega a muchos países. Africa se hunde en la miseria; la antigua URSS ve aumentar la pobreza, y América Latina se estanca.

Unos 840 millones de personas están "crónicamente malnutridas". Y, de seguir las tendencias actuales, los niños de más de la mitad de los países en desarrollo no podrán culminar el ciclo de enseñanza primaria en el 2015, fecha que fijó la Cumbre del Milenio para que nadie quedara sin esa educación básica.

El Banco Mundial hace este diagnóstico en su informe anual Indicadores de desarrollo mundial , presentado ayer. El documento expresa "preocupación" por los desequilibrios y reprende a los países ricos por los obstáculos que ponen al comercio, en especial mediante subvenciones a su agricultura (unos 330.000 millones de dólares al año). También les reprocha que destinen a armamento el 11% del gasto público y el 2,42% del PIB, frente al 0,54% y el 0,23% que aportan, respectivamente, en ayuda al desarrollo.

El informe señala que, entre 1981 y el 2001, la "pobreza extrema" (los que viven con menos de un dólar diario) se redujo casi la mitad en términos globales, pasando del 40% al 21% de la población mundial. Pero "gran parte" del progreso se produjo en los años 80 y se centró de modo casi exclusivo en China e India. El hecho es que el crecimiento económico de Africa Subsahariana se contrajo el 13%, y el número de quienes ganan menos de un dólar al día se duplicó hasta 314 millones, el 47% de la población regional. En Europa Oriental y Asia Central, los que viven con menos de dos dólares diarios pasaron de ocho millones en 1981 a 100 millones en el 1999, si bien bajó ligeramente en el 2001.