El Banco Sabadell ha vendido al fondo noruego Axactor una cartera de créditos fallidos valorada en 900 millones de euros. Se trata del Proyecto Galerna, una de las cuatro carteras de activos adjudicados y créditos fallidos que el banco ha puesto a la venta en un proceso competitivo que debe concluir en unos días. El periodo para presentar ofertas acabó el pasado miércoles, al cabo del cual siete de los grandes fondos de inversión inmobiliaria han presentado oferta.

La primera cartera en colocarse está compuesta por créditos fallidos de la CAM, que están respaldados por el Esquema de Protección de Activos (EPA), con lo que el cierre de la operación estará condicionado al respaldo del Fondo de Garantía de Depósitos de España (FGDE) que debe hacer frente al 80% de las pérdidas que generen la venta de esas carteras. En el caso de Galerna, aunque el valor de los activos alcanza los 900 millones de euros, no es probable que el comprador haya pagado más de 35 millones de euros, según fuentes conocedoras de la operación. La adjudicación de esta cartera, proceso en el que KPMG ha ejercido como asesor, supone el primer paso del plan de desinversiones de Sabadell, que pretende deshacerse antes de agosto de 10.900 millones de euros en activos improductivos.

La entidad presidida por Josep Oliu busca deshacerse de las carteras Challenger y Coliseum, que suman unos 7.500 millones de euros y están formadas por activos adjudicados (propiedades inmobiliarias), y de Makalu y Galerna, valoradas en unos 2.500 millones y 900 millones, respectivamente, y compuestas por créditos de colateral inmobiliario. Galerna ha sido la primera en encontrar comprador. Por el resto compiten fondos como Cerberus Capital Management, Lone Star y Blackstone Group, que están interesados en las dos primeras carteras, y Oaktree, el banco alemán Deutsche Bank y el fondo canadiense CPP Investment, estan interesados en Makalu.

EL EFECTO EN LOS MERCADOS / En principio el Sabadell solo podía desconsolidar de su balance durante este ejercicio más que la cartera de mayor valor, la denominada Challenger (valorada en unos 5.000 millones de euros), ya que el resto necesita luz verde por parte del FGDE que debe hacer frente al EPA (a las pérdidas) de esas carteras. Pero el organismo de protección no cuenta con fondos suficientes para cubrir las pérdidas previsibles y que pueden, superar los 3.000 millones.

No obstante, parece que la fórmula elegida, le permitirá a la entidad desconsolidar todas las carteras, ya que el procedimiento que se aplicará será la creación de una sociedad --o varias, dependiendo de los compradores-- a la que se traspasarán los activos propiedad del fondo comprador o compartida, a la que el FGDE deberá liquidar el EPA.

La operación, como la de CaixaBank al fondo Lone Star, ha tenido efecto en los mercados: las acciones de las dos entidades bancarias han subido particularmente.