Todas las elecciones generales son importantes para las empresas, pero más para una como Bankia de la que el Estado posee el 61,4% de las acciones. Por ello el resultado del domingo ha supuesto un cierto alivio para la cúpula de la entidad, aunque no lo haya querido reconocer públicamente. Su presidente, José Ignacio Goirigolzarri, pidió hace un mes al nuevo Gobierno que respete su gestión independiente y continúe con su venta. Y su consejero delegado, José Sevilla, se ha mostrado convencido este lunes de que "lo razonable" es que así sea, pacte con quien pacte el PSOE.

Unidas Podemos llevaba en su programa electoral convertir la entidad en un banco público permanente, pero sus discretos resultados dificultan ese objetivo, máxime cuando los socialistas no comparten esa postura y prácticamente triplican en escaños al partido de Pablo Iglesias. En esta línea, Sevilla ha destacado que las relaciones de Bankia con los dos Gobiernos anteriores de Rajoy y Sánchez han sido "modélicas" y "estupendas" y se ha mostrado confiado en que "esto siga siendo así y que el compromiso con la privatización continúe".

El banquero también ha defendido que es importante que España cuente con un Ejecutivo "que permita continuar impulsando el desarrollo de la actividad económica en el país". Y para lograrlo, ha considerado crucial "avanzar en la reducción del déficit público y la deuda" pública. "Tenemos que acostumbrarnos a que tenemos un parlamento más fragmentado, con más partidos de los que teníamos históricamente. Los partidos tendrán que tomar las decisiones que correspondan", ha destacado.

Bankia ganó 205 millones de euros en el primer trimestre, un 10,8% menos que un año antes pero algo por encima de lo que esperaban los analistas. Sus acciones están registrando una subida en bolsa, que Sevilla ha vinculado a los resultados, negando un posible impacto de las elecciones en la misma. La entidad ha confirmado que su objetivo para este año es superar ligeramente los 703 millones de beneficio del pasado ejercicio.