Los más de 200 trabajadores de Megasider en Zaragoza están protagonizando una movilización sin precedentes en Aragón. La plantilla se mantiene firme en sus reivindicaciones a pesar de los cuatro meses de huelga (dos horas de paro diarios) que suma ya esta fundición, que fue comprada a Arcelor Mittal en el 2016 por parte del grupo gallego Megasa. Estos 160 días no han amilanado a estos trabajadores que vieron cómo, de la noche a la mañana, sus expectativas laborales y salariales se derrumbaban como un castillo de naipes.

Los nuevos dueños, la familia Freire, una de las más acaudaladas de Galicia, plantearon eliminar el pacto de empresa y fijar como referencia el convenio provincial, lo que se traduce en una rebaja salarial del 20%. La consecuencia fue el inicio de la huelga más larga que haya vivido el sector del metal de Zaragoza en los últimos 30 años.

Conflicto enquistado

«Vamos a ir a por todas. Si nos quieren echar que nos echen, pero yo no voy a estar toda la vida tragando mierda por mil euros al mes», apunta un representante del comité que prefiere no identificarse por temor a posibles represalias de la empresa. El conflicto laboral se ha enquistado de tal forma que de los 270 trabajadores que tenía la acería hace cuatro meses se ha pasado a entre 220 y 230. «Hemos sufrido un total de 48 despidos desde el inicio de la huelga», recuerdan desde el comité. La externalización de algunas áreas como la de logística y la llegada de trabajadores de subcontratas que realizan trabajos «por mil euros al mes» están detrás de esta reducción de plantilla. «Esto no es un horno de pan, esto es una fundición», recalcan en alusión a las condiciones y la penosidad de este trabajo.

Uno de los empleados consultados por este diario, que tampoco quiere dar su nombre y que lleva en el sector de la siderurgia más de 30 años, sostiene que «la unidad no se va a resquebrajar después de cuatro meses». «Estamos más unidos que nunca», destaca este trabajador de 50 años.

Durante los últimos cuatro meses la plantilla de Megasider ha celebrado paros, manifestaciones y concentraciones a las que ha acudido el 99% de la plantilla, algo «insólito». Pero en los últimos días la partida se está jugando en el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA), después de que Megasa accediese a negociar. En concreto, se han celebrado reuniones los días 9, 11, 15 y 18, pero los avances han sido escasos.

Eso sí, se trata de un paso «importante», ya que, al menos, la empresa reconoce a este órgano y a los sindicatos como interlocutores, indica la secretaria general de Industria de CCOO en Aragón, Ana Sánchez, que apunta que mañana y el miércoles 23 las partes vuelven a sentarse en el SAMA. Sin embargo, la plantilla tiene sus reservas, a pesar de que han perdido una media de 900 euros al mes por los paros. Pero se niegan a claudicar.

«Si el día 23 no hay acercamiento, la gente está muy por la labor de radicalizar más la huelga», advirtieron ayer fuentes del comité.