La corrupción no es solo éticamente reprobable, sino que lastra la recuperación. Con este argumento, el presidente del BBVA, Francisco González, reclamó ayer al Gobierno que plante cara al problema. "La corrupción tiene un enorme coste en términos económicos: trabaja en favor de unos pocos, algunos conocidos por ustedes, y va en contra del interés general; desalienta la inversión; y reduce la eficiencia", argumentó ante la junta de accionistas del banco.

El banquero pidió fortalecer las leyes y la capacidad de los organismos supervisores y mejorar la situación de la justicia. "Es importante que se cumplan las leyes, que el poder judicial sea independiente y que tenga medios suficientes para cumplir su función", planteó.

En esta línea, presumió de que el BBVA no tiene "ningún conflicto pendiente" con la justicia y los reguladores ni ha tenido "ninguna multa o sanción de importancia material". Quitó importancia así a la sentencia del Tribunal Supremo que le obligó a quitar todas las cláusulas suelo de sus hipotecas y que resta 35 millones al mes a su beneficio.

MÁS MEDIDAS

El ejecutivo, tradicionalmente cercano al PP, destacó que la economía española es una de las que dio un "giro más radical" en el 2013 y apoyó las medidas del Gobierno, especialmente la reforma laboral. Sin embargo, advirtió de que el país ha salido de la recesión, pero no de la crisis, y defendió que si el Ejecutivo sigue con las reformas el crecimiento superaría el 1% este año.

El banquero se mostró convencido de que "para sobrevivir en este nuevo entorno", los bancos deben convertir su principal ventaja competitiva --la información-- en conocimiento, "para aportar verdadero valor a sus clientes".

Además de la lucha contra la corrupción, reclamó "racionalizar" los impuestos, profundizar en la reforma laboral, incrementar la competencia, y ayudar a la internacionalización de las empresas. También pidió que se privaticen los bancos nacionalizados lo más rápidamente posible. Aprovechó, además, para criticar al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, al que culpó de provocar "una crisis sin precedente" por no "mantener la disciplina presupuestaria ni corregir el déficit de competitividad".

Como ahora exige Europa, la junta votó y aprobó que el sueldo variable de la cúpula del banco pueda ser hasta el 200% del fijo, aunque el banco no precisó con que porcentaje de apoyo. Un total de 163 directivos podrán embolsarse hasta 70 millones de euros como bonus, según los sueldos del 2013. Algunos accionistas criticaron esta medida y las condiciones laborales de la plantilla.