Nieve y lluvia en Madrid. Un día destemplado para la constructora Sacyr-Vallehermoso, que ayer vio cómo se desvanecían sus posibilidades de tomar el control del BBVA. El consejo de administración del banco dio un revolcón a las aspiraciones de la constructora al oponerse a darle entrada en el órgano de gobierno y descalificar ante los mercados el valor económico de tal operación.

Poco antes de las diez de la mañana, el presidente de la constructora, Luis del Rivero, comunicó al presidente del BBVA, Francisco González, que no iba a presentarse al desayuno, acordado 10 días antes. "Sin el permiso del Banco de España, el encuentro no tenía sentido", declaraba un portavoz de Sacyr-Vallehermoso, que no tuvo reparos en reconocer que buscan una retirada ordenada.

En el banco, el presidente mantuvo la convocatoria del consejo extraordinario, al que pensaba informar de lo que le hubiera dicho Del Rivero. De ese consejo salió un comunicado para "fijar la posición del banco", según un portavoz. El consejo de BBVA lamentó "el anómalo proceso" seguido por Sacyr para participar en su accionariado. Criticó que hubiera dado pie a "la divulgación de rumores, noticias contradictorias y especulaciones informativas" que sólo se aclararon "con cierto detalle, a requerimiento de los supervisores del mercado". Actuaciones como las de los responsables de Sacyr "no ayudan a generar confianza en los mercados y perjudican su imagen nacional e internacional".

La "pretensión" de Sacyr "no resulta conveniente para los intereses del BBVA, de sus accionistas, empleados y clientes", según el banco. Además, el 3,6% que Sacyr podría controlar no daría derecho a ese grupo de accionistas "a designar a un solo miembro del órgano de administración", ya que se necesita el 6,25% del capital. El banco cargaba contra "la pretendida" incorporación, que no aportaría "estabilidad" a la base accionarial. "Difícilmente una sociedad de la dimensión de Sacyr --para la que la inversión que anuncian representaría el 75% de sus actuales recursos propios-- puede garantizar una apuesta permanente y no especulativa en esa inversión". Al contrario, según el BBVA, esa participación seguiría "las eventuales vicisitudes" que pudieran presentarse en los negocios principales, y en la composición accionarial de Sacyr, por lo que no se le podría considerar "un inversor de referencia" para una entidad de la dimensión y "transcendencia" del BBVA.

Pero la alusión que puede traer más cola es la que se refería a que en el consejo de Sacyr hay personas "vinculadas al Santander Central Hispano, Caixa Galicia y otras cajas", que compiten con el BBVA, lo que originaría "conflictos de interés".

La respuesta de la constructora no se hizo esperar. Un portavoz de Sacyr cuestionó la "independencia" de unos consejeros que emitieron una nota "sin siquiera haber escuchado" a Sacyr. Y añadió: "No hemos cuestionado la gestión". La prueba es que pensaban en el consejero delegado, José Ignacio Goirigolzarri, como vicepresidente del banco.

Sobre la acusación de que había un banco y varias cajas que competían con el BBVA, en Sacyr respondieron recordando que hace cuatro años que el BBVA "soporta la presencia de Telefónica, que tiene a su vez como primer accionista a La Caixa". La constructora insistió: "González se ha blindado con un consejo unánime y donde hacen falta los dos tercios de ese consejo para que se vaya".