El aumento de las tensiones comerciales, que ha iniciado EEUU, puede ralentizar el crecimiento económico global al afectar las inversiones y el consumo en todo el mundo, según se desprende de un artículo del último boletín económico del Banco Central Europeo (BCE), publicado ayer. El personal del BCE advierte de que «una escalada significativa del riesgo de tensiones comerciales puede arruinar la recuperación actual del comercio global y de la actividad económica».

Si EEUU aumenta los aranceles a las importaciones de forma significativa, sería negativo para la economía mundial, pero sobre todo para la economía estadounidense, según el artículo. Los países con las relaciones comerciales más estrechas con EEUU serían los más afectados.

En caso de un aumento generalizado de los aranceles, los precios de importación más elevados podrían incrementar los costes de producción de las empresas y reducir el poder adquisitivo de los hogares.

Las tensiones comerciales pueden incrementar la incertidumbre económica y hacer que las empresas pospongan sus inversiones y los hogares el gasto. El apoyo público a la globalización ha disminuido en la última década y las reformas del comercio se han ralentizado, advierte el BCE.

En las últimas semanas ha surgido el riesgo de que aumenten las tensiones comerciales después de que la Administración estadounidense anunciara nuevos aranceles, según el artículo, que también recuerda que el periodo anterior a la crisis estuvo caracterizado por un fuerte aumento de la liberalización del comercio.

Entre el 2012 y el 2016 las importaciones mundiales aumentaron una media del 3% anual, menos de la mitad que en las dos décadas anteriores. Pero aunque la actividad económica fue contenida en esos años, no se desaceleró de la misma forma. Las importaciones globales aumentaron más del 5% en el 2017, 1,5 puntos porcentuales más que entre el 2011 y el 2016.