La disposición del Banco Central Europeo (BCE) a tomar más medidas si es necesario para reactivar la economía provocó ayer que el bono español a 10 años marcara un nuevo mínimo histórico al caer hasta el 2,26% al cierre de la sesión. Con esa bajada, la prima de riesgo --el sobrecoste que exigen los inversores por comprar la deuda española frente a la alemana-- retrocedió hasta 131 puntos básicos, niveles de mediados de junio.

Esto se explica porque el bono alemán a una década, considerado el referente de solvencia en Europa y cuya diferencia con el español permite calcular la prima de riesgo, terminó la sesión en 0,948%, también mínimo histórico.

La rentabilidad del bono español a 10 años cayó ayer 12 centésimas hasta niveles jamás vistos, lo que allana aún más el camino para las emisiones del Tesoro, que se financia nuevamente más barato que grandes economías como EEUU.

Precisamente hoy España intentará captar entre 2.500 y 3.500 millones de euros en letras a tres y nueve meses, denominaciones que igualmente se encuentran en tipos históricamente bajos en el mercado secundario y que en el primer caso están muy próximas a cero.

En cuanto a la prima de riesgo de otros países de la periferia europea, también vivieron una jornada de recortes: la griega cayó a 475 puntos básicos, en tanto que la portuguesa y la italiana retrocedieron a 209 y 153, respectivamente. También los mercados bursátiles recogieron el guante lanzado por Mario Draghi: el Ibex 35, el principal indicador de la bolsa española, terminó la jornada con un repunte del 1,81%, lo que llevó al selectivo a quedarse a las puertas de los 10.700 enteros (10.690,1).