El Banco Central Europeo, tal y como decidió su consejo de gobierno a mediados de junio, pondrá fin al programa de compras de deuda a finales de año pero la entidad seguirá apoyando el crecimiento y una política económica expansiva en la eurozona por medio de tipo de interés bajos que mantendrán su nivel actual «al menos hasta verano del 2019». Así lo indicó el presidente del BCE, Mario Draghi, durante su intervención mensual ante la comisión de asuntos económicos del Parlamento Europeo.

Se trata de la primera vez que el italiano acude a la Eurocámara desde que el Consejo de Gobierno decidiera reducir la compra mensual de activos a 30.000 millones hasta septiembre y a 15.000 millones desde octubre, antes de terminar con el programa en diciembre. «Esto no quiere decir que nuestra política monetaria será menos expansionista puesto que seguirá apoyando la expansión económica» y «reafirmamos nuestra política de inversión», explicó.

Es decir, que el BCE seguirá recomprando los valores que venzan para mantener unas condiciones favorables de liquidez y los tipos de interés se mantendrán «por el momento al mismo nivel al menos hasta el verano del 2019 y, en cualquier caso, durante todo el tiempo necesario para garantizar que la evolución de la inflación permanece con nuestras expectativas», aseguró.

De momento sus previsiones apuntan a que la inflación alcanzará el 1,7% en los próximos tres años, «convergiendo hacia el objetivo» de un nivel por debajo pero próximo al 2%. «Nuestras medidas de política monetaria han sido muy efectivas», aseguró cifrando el impacto acumulado desde mediados del 2014 en un 1,9% del crecimiento real del PIB de la eurozona y de la inflación en el período 2016-2020. Draghi se negó, sin embargo, a echar las campanas al vuelo e insistió en que los países del euro deben ser «pacientes, persistentes y prudentes» a la hora de garantizar que la inflación mantiene un ajuste adecuado.

COMERCIO GLOBAL / Entre los riesgos para la eurozona el presidente del BCE apuntó muy especialmente a uno: la amenaza del creciente proteccionismo. Y frente a esta tendencia, que personaliza mejor que nadie el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, urgió a la Unión Europea a actuar con unidad. «Una UE fuerte y unida puede ayudar a recoger todos los beneficios de la apertura económica mientras protege a sus ciudadanos de una globalización descontrolada», avisó. Según Draghi, la UE debe dar ejemplo y apoyar «el multilateralismo y el comercio global» porque han sido la pieza clave «del crecimiento de la prosperidad económica en las últimas siete décadas».

Y para ello, la UE necesita instituciones fuertes y una gobernanza económica sólida en casa, algo que lejos todavía de hacerse realidad. «La unión bancaria no está completa» y «la unión monetaria está todavía incompleta y es vulnerable», alertó reivindicando una mayor convergencia e integración entre los países del euro y la adopción de la nueva red de seguridad para el fondo único de resolución bancaria. «Este cortafuegos debe ser operativo lo antes posible y debe tener procedimientos rápidos y eficientes de toma de decisiones», pidió.