El Banco Central Europeo (BCE) bajó ayer el tipo de interés básico de la eurozona en 0,10 puntos hasta un nuevo mínimo histórico del 0,15% y anunció una inyección de préstamos baratos de 400.000 millones. El objetivo es reactivar la frágil economía de la eurozona, facilitar la concesión de créditos, combatir la baja inflación que ahoga la recuperación y evitar que Europa se hunda en la temida deflación.

Para estimular más a los bancos a utilizar sus fondos para conceder nuevos créditos, el BCE impuso por primera vez a la banca el pago de una penalización del 0,10% por los fondos ociosos depositados en la institución. Además, anunció que la barra libre de financiación sin límites a la banca se prolongará otro año y continuará al menos hasta diciembre del 2016. La importancia del paquete refleja la gravedad de la delicada situación económica de la eurozona, aunque puede resultar insuficiente, ya que no incluye la medida más efectiva de imprimir dinero vía la compra de paquetes de deuda pública, como ha estado haciendo la Reserva Federal de EEUU.

El propio BCE rebajó las previsiones de crecimiento de la eurozona para el 2014 hasta el 1% y las de inflación para este año, el 2015 y el 2016. El crecimiento de la eurozona será del 1,7% en el 2015 y del 1,8% en el 2016, mientras que la inflación seguirá muy baja y sólo llegará al 1,5% a finales del 2016.

El presidente del BCE, Mario Draghi, señaló que el tipo de interés básico de la eurozona ya no bajará más, salvo algún eventual "pequeño ajuste técnico", pero anunció que "los tipos de interés se mantendrán en su actual nivel por un periodo prolongado de tiempo".

Draghi también reiteró la determinación del BCE a "actuar con rapidez para suavizar aún más su política monetaria si hicera falta" y "el compromiso unánime del consejo de gobierno de la institución de recurrir a instrumentos no convencionales si fuera necesario para combatir los riesgos adicionales de un periodo demasiado prolongado de baja inflación".

El BCE mantuvo un "largo y profundo debate" sobre las medidas necesarias para combatir la amenaza que representa la actual prolongada baja inflación para la economía de la eurozona, explicó Draghi. Al final, se adoptaron las medidas sobre las que existía "unanimidad", añadió. Esto dejó fuera la creación de dinero (flexibilización cuantitativa) vía la compra de paquetes masivos de deuda público, a la que se oponía el Bundesbank y los defensores de la ortodoxia más estricta.

IMPACTO EN 12 MESES

Draghi calificó de "significativo" el paquete de medidas adoptado y estimó que sus efectos positivos en la economía real de la eurozona se notarán "en el plazo de tres o cuatro trimestres". Las acciones adoptadas fueron acogidas con alzas en las bolsas y una depreciación del euro respecto al dólar. El elevado tipo de cambio se ha convertido en un obstáculo adicional a la recuperación europea, ya que encarece las exportaciones fuera de la eurozona.

El BCE anunció que seguía preparando medidas adicionales para estimular aún más la concesión de créditos, como la posible compra de títulos financieros "simples y transparentes" respaldados por créditos a empresas de la economía real.

Respecto a la posibilidad de recurrir a la creación de dinero para escapar del peligro deflacionista, Draghi indicó que era una de las opciones que el BCE se guardaba en la recámara. "Con el paquete actual, no hemos terminado. Si es necesario, el BCE recurrirá también a instrumentos no convencionales. La creación de dinero es uno de ellos", precisó Draghi.

Los préstamos de 400.000 millones a la banca se realizarán en dos subastas en septiembre y en diciembre y tendrán un vencimiento de cuatro años. Para evitar que la banca vuelva a utilizar esos fondos para enriquecerse con la compra de deuda pública en lugar de dar más créditos, como ocurrió con las inyecciones del 2012, el paquete de préstamos baratos estará vinculado a la concesión de créditos a empresas y particulares. Además, quedará excluido que las entidades puedan usar esos fondos para financiar hipotecas y la compra de deuda pública. Los bancos que no alcancen los objetivos mínimos de nuevos créditos fijados por el BCE deberán devolver anticipadamente el préstamo.