La planta de Becton Dickinson en Fraga, uno de los pulmones económicos de la provincia de Huesca, vivió ayer uno de sus principales hitos en los últimos años con la inauguración de las obras de ampliación de la factoría. Un proyecto en el que la compañía ha invertido más de 75 millones de euros y que permitirá la creación de 50 puestos de trabajo. El nuevo edificio ha sido diseñado para acomodar futuras expansiones.

Las nuevas instalaciones de la multinacional farmacéutica, que cuenta en la actualidad con una plantilla de 500 personas en Fraga, permitirán producir la jeringa BD PosiFlush, que se usarán en centros hospitalarios de todo el mundo, según informó ayer el Ejecutivo aragonés a través de un comunicado. Se trata de jeringas precargadas de una solución salina destinadas a realizar un lavado óptimo y seguro de catéteres intravenosos, antes y después de la medicación a la que son destinados.

La inauguración contó con la presencia del presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, en un acto en el que estuvo acompañado por el presidente mundial de la compañía, Bill Tozzi, de su responsable en Europa, Igor Friedmann, y del director de la planta en Fraga, Javier Pardiño.

El proyecto de ampliación fue presentado hace ahora dos años y contemplaba una inversión que rondaba los 60 millones y la creación de unos 60 empleos. La nueva línea de producción mejorará además la eficiencia del centro y permitirá alcanzar una producción de 255 millones de unidades al año.

INNOVACIÓN Y RIQUEZA / El presidente Lambán subrayó que el proyecto industrial de Becton Dickinson «enlaza directamente con nuestra apuesta por empresas innovadoras que generan riqueza» y valoró su «enorme potencial». También aludió al potencial logístico de la comunidad, lo que, según anunció, permitirá la llegada «en breve» de nuevos proyectos empresariales.

El presidente mundial de la multinacional ha señalado a su vez que la planta de Fraga es una de las más «eficientes» de la compañía en la actualidad.

Tras agradecer el esfuerzo realizado por la plantilla de la factoría altoaragonesa, Tozzi explicó que las nuevas jeringas están diseñadas para mejorar el proceso de limpieza de catéteres intravenosos, que, según afirmó, pueden ocasionar importante riesgos para los pacientes y aumentar los costes de los cuidados sanitarios.

DESDE 1978 / La multinacional, presente en España desde 1978, adquirió la planta de Fabersánitas en 1986 para desarrollar su propio proyecto industrial, que se ha convertido en una de las empresas más grandes de la provincia de Huesca y en una de las mayores del mundo en el sector de la tecnología de productos sanitarios. La multinacional cuenta hoy con una plantilla de 45.000 trabajadores en 50 países del mundo, mil de los cuales trabajan en España.

La planta de Fraga utiliza solo energías renovables para la producción, esterilización y almacenamiento de sus productos. H