Telefónica continúa con su digitalización y con el plan para reducir la deuda. Mientras sigue a la espera de una solución para O2, su filial británica, la empresa presentó ayer resultados, que dejaron una mejora del beneficio del 42,2% al haber reformuado las cuentas del 2016 e incorporado ahora O2 -cuya venta fue vetada en Bruselas- de nuevo en el grupo.

La operadora anunció que obtuvo un beneficio neto de 779 millones en el primer trimestre de 2017, mientras que los ingresos de la compañía se situaron en los 13.132 millones, lo que supone un 5% más en términos reportados. En términos orgánicos reflejan un crecimiento del 1,5% sobre al mismo periodo del 2016.

La compañía remarcó que la facturación se ha visto impulsada por los ingresos por servicios, que crecieron el 1,7% orgánico. Además, la compañía presidida por José María Álvarez-Pallete destacó el aumento orgánico del 13,5% registrado en los ingresos de datos móviles, que ya suponen el 58% de los ingresos de servicio móvil, 5,4 puntos porcentuales más que hace un año.

Brasil ya es el que más ingresos aporta a las cuentas de Telefónica, tras elevarse un 30,2% en términos reportados y un 1,6% en orgánicos, hasta 3.165 millones. La facturación en España cayó el 2,6%, hasta los 3.0660 millones.

Telefónica cerró marzo con una deuda financiera de 48.766 millones de euros, 171 millones más que en diciembre del 2016, el menor incremento de deuda en un primer trimestre de los últimos tres años pese a la estacionalidad propia del periodo. Esta cifra no incluye el impacto de la venta de un 40% de Telxius a KKR.

Álvarez-Pallete valoró los resultados y aseguró que esperan una «progresiva recuperación» de la facturación en España, con los ingresos por servicios avanzando hacia la estabilización. El presidente ejecutivo indicó que mientras que los ingresos mayoristas no siguen una evolución lineal y están descendiendo, los relacionados con los consumidores siguen al alza y las cifras de abril y mayo apuntan que han vuelto a «la dirección correcta».