El Ibex 35 ha cerrado este viernes con una alza cercana al 1,80%, hasta los 8,669 puntos, un cierre que le permite volver a las ganancias para el conjunto del año, pero que parece no encajar con el entorno de incertidumbre global. Solo la coincidencia del vencimiento de futuros y opciones parece justificar al alza, Quizá, los inversores no esperaban que los mercados --los índices europeos también tuvieron ganancias por encima del 1%-- estuvieran a estas alturas del año en niveles tan bajos y se han visto obligados a forzar la máquina para que los cierres se aceraran a los previstos por futuros y opciones.

Lo cierto es que pese a los rebotes puntuales como el de este viernes, el sentimiento del mercado sigue claramente alterado. Algo que se refleja en los mercados de deuda, que esta semana han experimentado una fuerte entrada de inversores en busca de refugio, provocando la caída en bloque de las rentabilidades de los bonos (que se mueven de manera inversa al precio). De hecho, la rentabilidad del bono español a 10 años profundiza hoy en mínimos históricos del 0% pese a la subida de la bolsa. En concreto, se sitúa en el 0,05%, peligrosamente cerca de los tipos negativos que ya se observan en otros mercados de deuda como el alemán.