El Ibex 35 afronta el 2018 con previsiones alcistas por parte de los analistas de las firmas que operan en el mercado y, por lo tanto, interesadas en captar inversores. Pero también, como los mismos expertos admiten, con amenazas latentes en distintos frentes que pueden evitar que estos pronósticos se hagan realidad, particularmente la inestabilidad política en el caso español.

Un terreno, en consecuencia, arriesgado para los pequeños ahorradores sin experiencia y más propicio para quienes tengan cierto conocimiento y sobre todo dinero que no vayan a necesitar a medio plazo (al menos durante cinco años, el periodo que suele recomendar).

Los profesionales estiman un potencial alcista del índice selectivo bursátil español de una media de entre el 10% y el 16% para este ejercicio. Como siempre sucede, la mayoría de las previsiones se sitúan dentro de ese rango, pero también aparecen otras casas de análisis que auguran evoluciones mucho más optimistas (alguna pequeña sociedad lo eleva incluso al 37%) y también mucho más pesimistas (hay quien espera caídas de hasta el 14%).

Estos pronósticos, por supuesto, han de ser tomados con precaución. Raro es el año para el que los expertos no prevén subidas, pero no siempre aciertan. En el 2015, por ejemplo, auguraban alzas de entre el 10% y algo más del 20%, y finalmente el Ibex 35 cerró con una caída del 7,15%. En el 2016 se repitió la historia: vaticinaban revalorizaciones de entre el 7% y el 24%, y el selectivo cayó el 2,01%. En el 2017, el índice subió el 7,4% (12% si se incluyen los dividendos), en su mejor año desde el 2013 (21,41%), pero en la banda baja de las previsiones de los expertos.

DECEPCIÓN / La evolución del selectivo el año pasado, además, es decepcionante si se tiene en cuenta que en mayo acumulaba una revalorización del 19,06%. Además, el cierre anual ha sido inferior a los de los índices italiano (13,61%), alemán (12,51%), francés (9,26%) y británico (7,63%), por no hablar del estadounidense (20%), que se mueve actualmente en niveles de récord, y el japonés (19,1%). El conflicto en Cataluña en la última parte del año explica ese peor comportamiento relativo.

Además, sigue siendo el principal riesgo para la bolsa española, tras los resultados de las pasadas elecciones autonómicas. Después de tres años creciendo por encima del 3%, el promedio de previsiones de los servicios de estudios privados apunta a un crecimiento del 2,6% para el 2018, que el Gobierno rebaja al 2,3%. «La prolongación de la incertidumbre política por el resultado de las elecciones del 21 de diciembre en Cataluña podría suponer un freno al dinamismo económico», advierte la Banca March.

INCERTIDUMBRE política / Pese a ello, la mayoría de los expertos confían en un buen año bursátil. «La incertidumbre política en España tenderá a diluirse lentamente en los próximos trimestres, pero no tiene coste cero», apuntan los analistas de Bankinter, para quienes «el principal riesgo es quedarse fuera de bolsas, a pesar de todas las dudas que uno pueda tener y de los riesgos aún vivos, que efectivamente existen».

Entre los principales riesgos globales del año, Crédito y Caución ha señalado como el más relevante la posibilidad de que las previstas subidas de tipos en Estados Unidos drenen los flujos de inversión en los países emergentes y ello suponga un freno en la economía global.

También una posible desaceleración de la economía de China más fuerte de la esperada, los efectos de las posibles políticas proteccionistas del presidente Donald Trump en Estados Unidos, la volatilidad del precio del petróleo, las tensiones geopolíticas en Oriente Medio y Corea del Norte, y una corrección inesperada de los mercados financieros.

Sobre este último aspecto, existe el temor a que los años de política monetaria ultralaxa hayan originado burbujas en ciertos activos financieros, particularmente en Estados Unidos.