El temor a que la amenaza terrorista del grupo islámico Al Qaeda se propague a otros países afectó ayer a todas las bolsas europeas e influyó en el retroceso de los principales índices estadounidenses. En España, además, la sorpresa de los inversores por el cambio político que provocará el desalojo del PP del Gobierno aportó un plus de nerviosismo que se tradujo en una caída del 4,15% en el índice Ibex 35.

"Los mercados no presagiaban el viernes el cambio político", subrayó Josep Soler, presidente del Instituto de Estudios Financieros, para justificar la sorpresa que contaminó la actividad de los bolsistas en España. En su opinión, tres cuartas partes de la caída del índice son atribuibles a la victoria electoral de José Luis Rodríguez Zapatero, y el resto a la incertidumbre por el terrorismo internacional.

Según Jaume Puig, directivo de Gaesco, la sombra de Al Qaeda sobre los mercados oscurece más el futuro que el retorno del PSOE. "A medida que el nuevo Ejecutivo comience a operar, la incertidumbre se desvanecerá". Para este analista, "el jueves, los parquets europeos retrocedieron al considerar que el atentado era obra de Al Qaeda". En consecuencia, del 4,15% perdido ayer, sólo un 1,5% es atribuible al vuelco político. La situación, recuerda, aún es mejor que en 1996, cuando Aznar consiguió su primera victoria electoral: "Entonces, la bolsa cayó un 5%".

El presidente de la Bolsa de Barcelona, Joan Hortal , destacó que la caída es "desproporcionada" con la actual situación económica y prefirió justificarla en virtud de la "desorientación" de los inversores tras los últimos sucesos y la atípica campaña electoral vivida.

ADIOS AL BENEFICIO El Ibex 35 cerró ayer en 7.699 puntos, un nivel similar al existente a finales del 2003. "Todos los beneficios del año --dijo Hortal --, casi un 7%, se han perdido en estas tres últimas bajadas". Los expertos creen que el desplome con que la bolsa española saludó la victoria de Zapatero es efímero. Sí coinciden en señalar que algunos sectores empresariales estarán más expuestos a las políticas del nuevo Gobierno. "Todas empresas sujetas a regulación pueden verse afectadas", opina Puig.

Tanto Merrill Lynch como ING Financial Markets aluden a las eléctricas, sometidas al Protocolo de Kyoto, y a las telecomunicaciones. Endesa retrocedió ayer el 6,84%. Similar suerte corrió Fenosa (-5,2%). No se espera que el PSOE, según Merrill Lynch, "genere un escenario positivo para las eléctricas más dependientes del carbón". En el caso de Telefónica, la pérdida de valor fue del 4,68%. En total, la operadora valía ayer 5.000 millones de euros (831.000 millones de pesetas) menos que el viernes.

Incógnitas como quién será el ministro de Economía y los eventuales relevos en la cúpula de empresas privatizadas durante el mandato de Aznar también acapararon la curiosidad de los inversores. Así, mientras se especula con los nombres de Miguel Sebastián y el comisario europeo Pedro Solbes, el BBVA --banco que abandonó Sebastián tras denunciar presiones del PP-- se dejó el 5% de su valor. Cayeron menos otros grandes bancos, como Santander (-4,4%) y Popular (-3,5%).