La economía no va mal, pero los inversores desconfían. Ese es el sencillo análisis que impera en corrillos virtuales sobre la desesperanzadora evolución de la bolsa en el 2018 y las inquietantes previsiones para el 2019. Así, el Ibex 35 cerró el 2018 en 8.539,9 puntos, lo que supone un retroceso del 14,97%, su peor registro anual desde el 2010 -cuando cedió el 17,43%-. Triste balance en un contexto de tipos de interés ultrabajos y crecimiento económico destacable. El problema es que para este 2019 que empieza los tipos de interés apuntan a alzas y la economía muestra síntomas de debilidad, según el Banco Central Europeo (BCE).

Ya cerrado el 2018, las mayores subidas anuales fueron para Naturgy (15,6%), Endesa (12,7%) e Iberdrola (11%). Por el contrario, fue un ejercicio nefasto para Dia, que se desplomó el 90%. Asimismo, tres de los cuatro peores valores del principal selectivo español fueron bancos: Sabadell (-40%), Bankia (-36%) y BBVA (-35%).

Las bajas expectativas de crecimiento, la ralentización económica y las previsibles subidas de tipos por parte del BCE lastran las expectativas bursátiles para este 2019. Pero también los precios están bajos, aseguran la mayoría de los analistas, lo que beneficia las inversiones a largo plazo.

Para los analistas de BBVA, las perspectivas de crecimiento del PIB no deberían ensombrecer el optimismo. Pero admiten también que «los modelos sugieren un riesgo creciente de recesión y los análisis cualitativos indican que los riesgos de tendencia a la baja también están aumentando».

Para algunos analistas, la causa del predominio de las ventas es la amenaza de disrupciones en muchos sectores de gran peso en los índices. Las grandes cotizadas pierden atractivo. Según José Antonio Cortés, director general en GVC Gaesco, los factores que han perturbado a los mercados son básicamente cinco: las negociaciones comerciales entre China y EEUU; el alza de los populismos en Europa; el cambio en las políticas monetarias del BCE y de la Fed (con subidas de tipos); el auge de los nuevos negocios globales, y la implantación de nuevas tecnologías en sectores clave como el automóvil. Para Cortés, sin embargo, «el nivel de riesgo razonable es mucho menor que el que cabría asociar al nivel de incertidumbre que están ocasionando en los mercados». Joachim Fels, asesor económico de la gestora Pimco, calcula que «la probabilidad de que EEUU entre en recesión en los próximos 12 meses es del 30%».

Ese porcentaje es para este experto un indicador de que la situación «es más naranja que roja» y que el ciclo de crecimiento no puede darse por acabado todavía.

El BME corrobora esa misma idea. «Ha influido negativamente en el mercado español de acciones el fuerte peso del sector bancario, cuyo índice ha caído más del 22%». Otros subsectores relacionados con la investigación y las nuevas tecnologías han subido pero su ponderación en el Ibex 35 es menor.

El PER (la ratio precio-beneficio) apoya la afirmación de que la bolsa está barata, ya que se sitúa un 20% por debajo de la media de los últimos 31 años (12,7 veces frente a 15,8), de acuerdo con los datos de MSCI recogidos por BME. El problema es que la bolsa atrae menos a los inversores, más sensibles a otras apuestas como las criptomonedas y las nuevas firmas tecnológicas.