El fantasma de la crisis comercial internacional y el 'brexit' lastra la actividad del sector químico en España. La industria química española ha moderado sus expectativas de crecimiento de cara al próximo año, cuando prevé un aumento de su cifra de negocios del 1,9%, como consecuencia de la incertidumbre económica generada por la amenaza de aranceles y el miedo a que la segregación del Reino Unido se produzca sin previo acuerdo.

El presidente de la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique) y director general de Basf, Carles Navarro, ha reconocido el pesimismo moderado del sector en un encuentro con los medios para dar a conocer las previsiones del sector de cara al año 2020 y también respecto a este año, cuando espera que la industria crezca un 2,3%.

Esta cifra supone una facturación total de 67.165 millones de euros, un importe que aumentará hasta los 68.447 millones de euros en el 2020, lo que supone una desaceleración del crecimiento de cuatro décimas porcentuales. No obstante, el sector habrá acumulado en el periodo 2007-2020 un alza del 37,6%, lo que se traduce en 19.000 millones más en 13 años.

Contexto general

A pesar de que las perspectivas globales de Feique para el 2020 no se articulan sobre el peor contexto posible, es decir con un 'brexit' sin acuerdo, la federación sí ha tenido en cuenta la imposición de aranceles específicos a determinados subsectores que incidirán negativamente en la actividad exportadora y en los márgenes en el intercambio comercial.

Navarro ha lanzado un mensaje de optimismo al aclarar que no ve una recesión, sino una desaceleración. "El consumo de las personas ha descendido, pero tenemos datos que apuntan a que la tendencia de descenso se va a revertir, mientras que se prevé que la inversión siga creciendo más rápido que el PIB", ha argumentado. Además, Navarro ha hecho hincapié en un aspecto en el que la economía española se ha fortalecido a lo largo del periodo de crisis, que es la internacionalización, por lo que considera que el país se encuentra "en una mejor situación que en el 2008, en la que había una elevada inversión en el sector inmobiliario y una gran deuda privada".