La Comisión Europea y el Gobierno de Italia alcanzaron ayer un principio de acuerdo sobre el plan de reestructuración de Banca Monte dei Paschi di Siena y la aplicación de una recapitalización preventiva, que supone la inyección de dinero público y la imposición de pérdidas a accionistas y bonistas júnior.

La «recapitalización preventiva» es una excepción a la normativa comunitaria que permite inyectar ayudas públicas a una entidad solvente si esta cumple con unos criterios establecidos y una vez que se hayan aplicado pérdidas a los accionistas y a los bonistas júnior.

No obstante, esta ayuda pública no desencadena la resolución del banco y únicamente se puede conceder como medida preventiva ante posibles necesidades de capital derivadas de un empeoramiento de las condiciones económicas.

El acuerdo está condicionado a la confirmación «paralela» por parte del Banco Central Europeo, que debe certificar que la entidad es solvente y cumple con los requisitos de capital necesarios. Italia debe obtener la confirmación oficial de inversores privados.