La Comisión Europea ha empeorado la previsión de crecimiento de España situándola en un 2,6% en 2018 y un 2,2% en 2019, dos décimas menos de lo pronosticado en verano, y con un agujero presupuestario mayor del esperado. El déficit público se situará a finales de año en el 2,7% del PIB (frente al 2,2% prometido a la UE) para bajar al 2,1% en 2019 (frente al 1,3%). Como telón de fondo, un proyecto de Presupuestos para 2019, pactados por el Gobierno de Pedro Sánchez y Podemos, con unas previsiones de ingresos que Bruselas no termina de creerse y rodeadas de mucha «incertidumbre».

Los técnicos comunitarios corroboran que el crecimiento seguirá siendo robusto -del 2,6% en 2018, 2,2% en 2019 y 2% en 2020- y que España seguirá por encima de la media de la Eurozona -2,1%, 1,9 y 1,7% respectivamente- aunque la economía registrará una desaceleración por la contención del gasto privado, el encarecimiento del petróleo y la absorción de la demanda acumulada.

El resultado es que la tasa de ahorro de los hogares, que alcanzará un mínimo histórico este año, volverá a recuperarse en 2019 y a aumentar en 2020.

La radiografía confirma también que la reducción del déficit se ha ralentizado por las medidas incluidas en el Presupuesto de 2018 -aumento del gasto en pensiones, el incremento salarial para los empleados públicos y, en menor medida, la rebaja de impuestos para las personas con bajos ingresos- y aunque el desvío presupuestario seguirá reduciéndose (al 2,1% en 2019 y 1,9% en 2020), el «impacto neto de las medidas previstas en el borrador presupuestario de 2019» no será tan positivo como el que augura el Gobierno.

80.000 EMPLEOS MENOS

Entre ellas, por ejemplo, Bruselas menciona la subida del salario mínimo interprofesional (SMI). Los técnicos comunitarios admiten que el aumento salarial «continuará sosteniendo el crecimiento de la renta disponible durante el horizonte de las previsiones», gracias a un aumento de la masa salarial del 0,35%, pero avisan de que tendrá un impacto negativo en la creación de empleo y que dejarán de crearse unos 80.000 puestos de trabajo en dos años.

Según el nuevo cuadro, España también incumplirá el ajuste estructural exigido por la UE que será de 0%, lejos del 0,65% reclamado por Bruselas y del 0,4% prometido por la ministra de economía, Nadia Calviño. El comisario de asuntos económicos, Pierre Moscovi, cifró el esfuerzo en el 0,1% aunque de momento optó por quitar hierro a unas diferencias que según dijo son «absolutamente normales» y ya se han dado en el pasado. «No es nada excepcional. Ya ha ocurrido en el pasado y con gobiernos anteriores. Nuestra cooperación con las autoridades españolas ha sido muy buena y toda la información que hemos podido se nos ha aportado», ha explicado en rueda de prensa.

Bruselas hace acuse de recibo de las previsiones de aumento de ingresos del Gobierno gracias a los impuestos medioambientales, el de sociedades y el IRPF, así como la tasa a las transacciones financieras y la tasa Google, que ayudarán a compensar el aumento del gasto en pensiones, dependencia y baja de paternidad. Pero admite que «existe incertidumbre» sobre el rendimiento que tendrán algunas de estas medidas impositivas y del impacto fiscal del aumento previsto con el salario mínimo.

PARTIDAS INFLADAS

Por ejemplo, según los técnicos comunitarios, algunas de las partidas de ingresos están infladas y algunas de gasto infravaloradas. Es el caso de la recaudación de las cotizaciones sociales a cuenta de la subida del salario mínimo que en Madrid cifran en 1.500 millones y que la Comisión sitúa cerca de los 1.000 millones. También es el caso de la tasa digital y de las medidas de lucha contra el fraude fiscal que según Bruselas dejarán unos ingresos inferiores a lo previsto por España, del 20% en el caso de la tasa Google y del 50% la lucha contra el fraude.

Además, el Ejecutivo comunitario teme también que algunas de las medidas de gasto planificadas por el Gobierno de Pedro Sánchez podrían «no ejecutarse en su totalidad» debido a las elecciones municipales del próximo año.

Bruselas confirma que la deuda pública caerá muy lentamente: al 96,9% en 2018, 96,2% en 2019 y 95,4% en 2020. Igual que la tasa de desempleo que caerá al 15,6% este año, al 14,4% en 2019 y 13,4% en 2020, la más baja desde que estalló la crisis.