El desarrollo de la red móvil 5G, una competencia en manos de los gobiernos europeos, se ha convertido en un objetivo clave para el futuro tecnológico de la Unión Europea. Pero también en un elemento de máxima preocupación ante al aplastante dominio de gigantes como Huawei, a quien la administración de Donald Trump ha acusado de espionaje y ha vetado por sus vínculos con el Gobierno chino. Bruselas no llega tan lejos y ha optado, de momento, por no inmiscuirse en esta pelea, pero este martes ha presentado un plan para reforzar la seguridad de las redes europeas, sin atacar directamente al coloso chino.

La batería de recomendaciones no incluye prohibir a empresas como Huawei participar en licitaciones europeas aunque el vicepresidente de la Comisión Europea, Andrus Ansip, ha admitido que el nombre de la multinacional también preocupa en Bruselas, especialmente, a raíz de la ley adoptada por el Gobierno chino en 2017 que supuestamente obligaría a las empresas de tecnología con sede en el país a cooperar técnicamente con el Estado. “Sabemos que China es un agente muy importante en este mercado y por eso todo lo que se debata va a incluir a China y a los proveedores de China”, apunta el comisario de seguridad, Julian King.

Los 28 deberán ahora realizar una evaluación de riesgos en un plazo de tres meses, antes de finales de junio, sobre los problemas potenciales para la red de infraestructuras de 5G. Un análisis que completará, a escala europea, la agencia europea de ciberseguridad (ENISA) para octubre. En paralelo, los gobiernos empezarán a cooperar en un grupo técnico. Este doble ejercicio servirá para definir antes del 31 de diciembre de 2019 "una caja de herramientas" con medidas para mitigar posibles riesgos que podría incluir certificaciones, exámenes, chequeos y la identificación de productos o suministradores no seguros.

SECTOR ESTRATÉGICO

“La tecnología 5G transformará nuestra economía y nuestra sociedad y creará oportunidades masivas para la gente y las empresas”, asegura Ansip sobre un ámbito estratégico. “Esto no puede ocurrir sin una seguridad plena. Así que es esencial que las infraestructuras sean resistentes y plenamente seguras”. Bruselas teme que una red 5G vulnerable podría comprometer en el futuro multitud de infraestructuras dependientes de la conectividad e incluso la democracia.

De momento hay 11 Estados miembros -Austria, Bélgica, República checa, Francia, Alemania, Grecia, Hungría, Irlanda, Holanda, Lituania y Portugal- que tienen intención de subastar al menos un espectro en 2019 mientras que otros seis países -España, Malta, Lituania, Eslovaquia, Polonia y Reino Unido- lo harán en 2020, fecha incluida en el plan de acción europeo para el lanzamiento comercial del 5G de la UE. Según las estimaciones, los ingresos mundiales del 5G podrían rondar los 225.000 millones en 2025 con unos beneficios de 114.000 millones por año para los cuatro grandes sectores industriales: automoción, sanidad, transporte y energía.