"Y advertid, hijo, que vale más buena esperanza que ruin posesión". Así le habló don Quijote a Sancho cuando este le pidió un salario fijo. "¿Y es que la entendemos en todo su alcance yo y tú, lector mío? ¿No nos atenemos más bien, como buenos Sanchos, a lo de más vale pájaro en mano que ciento volando? ¿No olvidamos hoy y siempre que la esperanza crea lo que la posesión mata?", se preguntaba algunos siglos después Miguel de Unamuno sobre ese pasaje.

Los inversores, está claro, son más Sancho que Quijote. La "buena esperanza" les motiva siempre que sea de ganancias. Pero cuando los beneficios latentes se acumulan, les suele dar por la "ruín posesión" y el pájaro en mano.

Pasó en la sesión del martes y, con más intensidad, en la de ayer. Tras el atracón de compras en los días previos y sobre todo posteriores a que el BCE anunciase sus medidas excepcionales contra la deflación y el euro caro, algunos inversores optaron por recoger beneficios mientras que otros esperan a que los valores bajen para entrar en el mercado a mejores precios.

La falta de noticias relevantes y la dubitativa apertura de Wall Street apuntalaron el ánimo vendedor predominante.

El Ibex 35, así, se dejó el 0,7%, hasta los 11.074,9 puntos, con la banca mediana contrarrestando la buena acogida de los resultados de Inditex. La prima de riesgo subió hasta los 124 puntos básicos, pero el euro continuó su caída hasta los 1,353 dólares.