El tiempo dirá si Xiongan duró los mil años que promete Pekín pero hoy ya podemos confirmar que la ciudad china tiene su hueco en la historia como la burbuja inmobiliaria más rápida. Ha bastado un día para que una anodina zona pantanosa y agrícola apenas conocida por sus hamburguesas de caballo se haya convertido en el nuevo El Dorado de los especuladores.

El triunfal anuncio lo hizo la cúpula del partido comunista hace un mes: a Xiongan le ha caído la lotería de una nueva zona económica especial. El plan contempla que el área urbana, a un centenar de kilómetros al sur de la capital, se extienda por tres condados y triplique la extensión de Nueva York. De Xiongan se espera que relaje la congestión y contaminación que castigan a 22 millones de pequineses y que estimule el crecimiento económico de todo el país.

Esa zona, que solo supone hoy el 1% del PIB del área capitalina, recibirá inversión sin freno en los próximos años. La prensa nacional aliñó el anuncio con la prosa de las grandes ocasiones. «Es un nuevo capítulo en la transición histórica hacia un crecimiento coordinado y sostenible», aseguraba la agencia oficial, Xinhua. «Más que una réplica del pasado, nos revela el futuro de las nuevas ciudades”, añadía. El Consejo de Estado había señalado a Xiongan como «una estrategia crucial para este milenio». Se acabó castigar al medioambiente primero y solucionarlo después, los futuros pobladores de Xiongan disfrutarán de un ecosistema respetuoso con la vida humana.

Donde el Gobierno ve una revolucionaria solución urbanística, muchos chinos vieron al instante una oportunidad de negocio. La prensa local describe el aluvión de compradores de todo el país. Al día siguiente al anuncio había atascos en las carreteras de acceso a la zona y costaba encontrar un billete de tren o una habitación de hotel. Algunos durmieron en tiendas de campaña frente a las oficinas inmobiliarias como la juventud china en la víspera de la venta del teléfono de moda. Por la zona circulan estos días los coches de lujo de quienes intuyen en esas viviendas una revalorización meteórica. La convulsionada población local recibe ofertas de compra de sus viviendas de los forasteros convencida de que le ha caído dinero del cielo. El precio del metro cuadrado se había doblado el domingo y no ha parado de subir desde entonces.

Respuesta del Gobierno

El volumen de la operación explica que se disparara la cotización de los sectores relacionados con la construcción. Las acciones del gigante cementero BBMG subieron un 46% en la bolsa hongkonesa mientras que las de la firma portuaria de Tianjin se revalorizaban un 16%. El nuevo plan estimulará la demanda de cemento, acero y otros materiales en China durante la próxima década.

El Gobierno chino, probablemente el que más esfuerzos dedica a combatir las burbujas inmobiliarias, ignoró la genética habilidad de su pueblo para otear la oportunidad. En los días siguientes ha intentado embridar la enloquecida espiral. Algunos funcionarios patrullan las calles con altavoces recordando que la especulación está prohibida. Siete personas fueron detenidas y 35 oficinas inmobiliarias han sido cerradas en los cuatro días siguientes al anuncio.