La comida para mascotas de uno de cada tres perros y gatos que hay en España tiene su origen en Aragón, en la fábrica que el Grupo Bynsa (Biología y Nutrición SA) tiene en El Burgo de Ebro. Este interproveedor --fabricante en exclusiva-- de Mercadona, bajo las marca Compy, Lucy y Bobby, es el líder nacional en alimentos secos para estos animales de compañía, con una cuota de mercado del 30% que se dispara hasta el 40% en el segmento de grandes superficies. Para alcanzar esta posición, la empresa ha encadenado una larga serie de inversiones en los últimos siete años, en los que ha vivido una línea siempre creciente en producción, ventas y plantilla.

La última de sus apuestas, con un desembolso de 8 millones de euros, es una nueva planta de snacks, cuya puesta en marcha es inminente y con la que creará en dos años unos 20 nuevos empleos fijos, que se sumarán a los 114 trabajadores (99 indefinidos y 15 temporales) que ya tiene.

Aunque fundada en 1988 por siete socios, no fue hasta abril del 2007 cuando inició su transformación en la empresa que es hoy en día. En ese año, se produce un cambio de propiedad y arranca la alianza con la cadena de supermercados que preside Juan Roig. Desde entonces, Bynsa suma ya 32 millones de euros de inversión, lo que le ha permitido multiplicar por seis su capacidad de producción --hasta 10.000 toneladas mensuales-- y por más de ocho su facturación, que en el 2013 llegó a 85 millones de euros (un 17% más que en el 2012) con una producción total de 115.000 toneladas de pienso (un 9% más).

Bynsa, de la que es director general y propietario al 100% --desde el pasado verano-- Roger Mohr, prevé continuar creciendo en el 2014: espera alcanzar un volumen de fabricación de 119.000 toneladas de pienso (un 3,5% más) y una cifra de negocio de 95 millones (+12,3%).

Este repunte de ventas se deberá en buena medida a la nueva planta que fabricará snacks extrusionados y coextrusionados, con o sin inclusión de carne y pescado fresco. Esta cerrará este año con una producción de 3.500 toneladas, un volumen que aportará 16 millones de euros al total de su facturación. La construcción de la instalación, de 5.000 metros cuadrados de superficie, se inició hace un año y en las próximas semanas se harán las primeras pruebas de fabricación del producto. La terminación del proyecto se culminará en abril, pero ya se ha ejecutado el 80% de los 8 millones presupuestados.

El objetivo es que estas nuevas golosinas para mascotas estén presentes en los lineales de Mercadona a partir de junio. A lo largo de los dos próximos años, Bynsa irá sustituyendo progresivamente con referencias de producción propia las mayor parte de los 21 snacks de pet food (comida para mascotas) que la distribuidora vende en sus supermercados. Aunque cabe también la posibilidad de que la empresa ubicada en El Burgo de Ebro lance algún producto diferenciado como fruto del trabajo y de posibles patentes que desarrolle su departamento de Innovación.

RETOS DE FUTURO En los últimos meses, la compañía ha incorporado a su catálogo nuevas referencias, como los semihúmedos Miniaritos, en un envase de 1 kilo --para perros de razas pequeñas-- con un novedoso cierre, y Barritas bicolor, un snack también para canes. Bynsa cuenta en la actualidad con 24 referencias de productos, una familia que irá creciendo en los próximos años.

La entrada como fabricante en el segmento de las golosinas para perros y gastos permitirá a la empresa impulsar la contratación. En esta línea, espera acabar el 2014 con una plantilla de 127 trabajadores (115 fijos y 12 de empleo temporal) frente a los 114 con que cuenta en estos momentos.

"Nuestro reto es seguir siendo líderes de pet food", afirmó ayer Roger Mohr, que atribuyó el éxito de sus productos a la calidad y el "compromiso" con la seguridad alimentaria. Sobre estas bases, "queremos convencer a más clientes marquistas", agregó el directivo holandés, que descartó por el momento adentrarse en la exportación. "El mercado nacional todavía presenta mucho potencial para nosotros", precisó.

Con la nueva nave, Bynsa ha cubierto toda la superficie de la que dispone en el polígono La Noria de El Burgo, pero a este ritmo de crecimiento no tardará en requerir más espacio.