Comenzó haciendo sus propios champús para él, sus familiares y amigos y ha acabado lanzando una línea de cosmética natural. Tras 30 años de experimentación e investigación, el turiasonense Ramón Pérez Carcavilla y sus tres hijas (Laura, Marta y Cristina) fundaron en el 2013 la empresa Alea Natural, que fabrica y comercializa productos para el lavado del cabello que contienen un 50% de extractos naturales. Están especialmente indicados para personas con problemas capilares y sus beneficios son "casi milagrosos", según sus creadores. La marca comercial se llama Cabesan, que cerró el 2015 con unas 8.000 unidades vendidas y una demanda que no para de crecer.

La aventura empresarial se inició casi por casualidad. "Cuando tenía treinta y tantos años me estaba quedando calvo y tenía problemas de caspa. Entonces, un cliente me recomendó que utilizara plantas: probé y noté una mejora importante", asegura Ramón, que ahora tiene 69 años y ha dedicado toda su vida profesional a la fabricación de muebles. Desde entonces, y de manera amateur, empezó a interesarse por el mundo de la botánica y fue elaborando sus propias mezclas utilizando extractos de hierbas recolectadas en la zona del Moncayo. Tras varias décadas probando diferentes combinaciones y especies naturales, hace tres años dio el paso para convertir esta afición en una idea de negocio. "Dos amigos farmacéuticos que utilizaban mis jabones me animaron a sacar el producto al mercado", recuerda.

Esta empresa familiar, que desarrolla su actividad auspiciada por un registro sanitario de cosmética, ofrece actualmente cuatro tipos de champú: dos anticaída, para cabello seco y graso; un anticaspa, que también actúa como anticostra y antieccema; y otro denominado Étnico, idóneo para niños y personas raza negra por ofrecer una mayor hidratación. Desde Alea Natural aseguran que todos sus productos tienen propiedades que ayudan a frenar la caída del cabello y destacan ante todo su carácter natural. Por estos motivos, carecen de parabenos, siliconas, permufes y colorantes.

"Están especialmente indicados para aquellas con problemas de caída de pelo, caspa, eccemas y picor fundamentalmente, pero pueden ser utilizados por cualquiera que quiera prevenir cualquiera de estos problemas capilares y quiera fortalecer el cabello", destacan desde esta empresa zaragozana. "Si un huerto lo tienes limpio, bien abonado y con la tierra hueca, todo crece con fuerza. Con el cabello ocurre lo mismo", explica orgulloso el inventor de estos productos.

La distribución de Cabesan se realiza a través de la tienda on line de su página web (champucabesan.com), en una docena de farmacias de la comunidad (de Zaragoza, Tarazona y Teruel) y en el emblemático establecimiento Gilca de la capital aragonesa. "Cada día nos llegan más pedidos, notamos que el boca-oreja está funcionando", señala Ramón, quien asegura que quien prueba sus champús "casi siempre repite".

Entre Tarazona y Épila

Para la elaboración de los champús, Alea Natural utiliza hasta 17 plantas diferentes --algunas cultivadas y otras silvestres-- procedentes de la comarca de Tarazona y el Moncayo, entre las que se encuentran orégano, malva, lavanda, romero o tomillo. Todo esta materia vegetal, que se recolecta en el momento óptimo, es luego procesada en una nave de Tarazona, donde se lleva a cabo la elaboración de las distintas formulaciones. La trazabilidad del producto, la mezcla de los extractos con jabón neutro, la producción final y envasado se realiza en el laboratorio de cosmética de la firma Proderma de Épila.

La empresa, que este mes se convertirá en una sociedad limitada (ahora es civil), está llevando a cabo actualmente un proceso de ampliación de su mercado comercial para incrementar los puntos de venta e impulsar su segunda marca comercial, Green Ice, que está dirigida especialmente al sector de peluquerías y herboristerías. Alea Natural, que este año prevé duplicar su producción, también trabaja en el lanzamiento de nuevos productos, como cremas corporales.