Ibercaja, actual propietaria del grupo Caja3 (formado por CAI, Caja Círculo de Burgos y Caja Badajoz), anunció ayer que "está analizando" el hecho de que el exdirector general de CAI Tomás García Montes y el exdirectivo Javier Alfaro trabajen en Madrid en una oficina propiedad de caja aragonesa, una situación que dijo desconocer. Además, la entidad subrayó al respecto que "se adoptarán las medidas oportunas y la decisión más apropiada para la entidad".

Se da la circunstancia de que CAI presentó una querella, ante el juzgado de instrucción número 4 de Zaragoza, contra estos dos exdirectivos por apropiación indebida, administración desleal y estafa. En concreto, les acusa de ocasionar un agujero a la entidad de 13,8 millones de euros. Además de Montes y Alfaro, también está imputado Ramón Marrero, que gestionaba los negocios inmobiliarios de la caja en Andalucía.

A pesar de esta demanda judicial, según publicó EL PERIÓDICO el pasado domingo, García Montes y Alfaro, tienen un despacho en la la planta séptima de la calle Raimundo Fernández Villaverde número 61 de Madrid. Un inmueble que es propiedad de CAI División de Servicios Generales, SL, y que comparte espacio con la sede de Caja3 Bolsa en Madrid, tal y como acredita el Registro de la Propiedad. Montes y Alfaro son administradores mancomunados de Magnus Emporium SL, una sociedad que comenzó sus operaciones el 5 de marzo del 2013.

La entidad, presidida por Amado Franco, quiso dejar claro que "no tenía conocimiento" de esta circunstancia, por lo que reiteró que tomará cartas en el asunto.

MALESTAR Mientras, los sindicatos de CAI se mostraron ayer sorprendidos y desconcertados ante el hecho de que CAI tuviese alojados en un inmueble suyo a los dos exdirectivos imputados. Así, tras la publicación de esta información, quisieron dejar claro que "los trabajadores son los grandes perjudicados, los grandes perdedores y sufridores" de la gestión llevada a cabo por los directivos de CAI entre 2001 y 2009. En este sentido, confiaron en que todo se solucione cuanto antes y que la instrucción del caso lleve su curso.