L a crisis sanitaria por la pandemia del coronavirus ha provocado el desplome de las bolsas de todo el mundo. Suman ya cuatro semanas de pánico bursátil que han tenido como puntilla la guerra de precios en el seno de la OPEP, entre Arabia Saudí y Rusia. El resultado en España ha sido una pérdida del Ibex-35 superior al 30% de su valor y el desplome de empresas como Telefónica, Iberdrola, Repsol, Santander o BBVA que se han quedado, para muchos, a precio de saldo.

'Y a río revuelto, ganancia de pescadores'. Muchos inversores no han dejado pasar la oportunidad de echar el anzuelo sobre empresas que se han puesto a tiro de opa. El ejemplo más claro ha sido JP Morgan. El banco estadounidense ha aprovechado la crisis para convertirse en el segundo accionista de Repsol (6,8%), tras hacerse con un 4,7% de la petrolera el 13 de marzo. La entidad financiera tenía hasta ese momento un 2,1% en la empresa de Antoni Brufau, que ha perdido la mitad de su valor desde que comenzó el año.

Pero JP Morgan no ha sido la única que ha estado de pesca estas semanas. Blackrock aprovechó el desplome de Telefónica cerca de un 45%-- para hacerse con un trozo (0,085%) de la teleco, hasta elevar su participación al 5,210%. Alrededor de 20,5 millones de euros se dejó el fondo en la empresa que dirige José María Álvarez-Pallete. También picó en ACS, con una alza del 4,977% al 5,026% de presencia.

"Es un momento de pánico al que se llega tras una sobrereacción agravada por algoritmos. Las cotizaciones actuales no responden a lo que tendría que ser la cotización de unos valores de empresas rentables, con un proyecto a medio y largo plazo interesante, son valores muy bajos", explicó el profesor de Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Enric Serradell.

Unas rebajas inesperadas que son objeto de deseo para muchos inversores, especialmente fondos como JP Morgan o Blackrock, que aprovechan los momentos de mayor pánico y volatilidad para sus inversiones estratégicas. "Los fondos, si ven que las valoraciones que no se corresponden con los precios actuales, ven una oportunidad y la van a aprovechar", reconocía Joaquín Robles, analista XTB.

El antídoto

El presidente del Gobierno sorprendió esta semana con el anuncio, dentro de su decreto de medidas económicas, de una especie de "acción de oro" para evitar que inversores de fuera de la Unión Europea se hiciesen con una participación superior al 10% de empresas españolas de determinados sectores clave. Véase, eléctricas, telecos, medios de comunicación...

¿Es que había una amenaza sobre alguna de ellas? La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, negó la mayor la semana pasada durante una comparecencia pública y aseguró que tanto la decisión de la CNMV de reducir las operaciones a corto, como el blindaje del Gobierno, lo único que hacen es tratar de evitar una "situación indeseable". Una especie de antídoto para "prevenir cualquier situación de riesgo" porque "hoy por hoy no hay ningún tipo de amenaza en el horizonte", remachó Ribera.

Aún queda

Eliminado el principal peligro, todavía queda. El Ibex-35 cerró el viernes su cuarta semana consecutiva a la baja y aunque la actuación acompasada de los bancos centrales logró aliviar el pánico no ha conseguido subir el ánimo. Seguirá habiendo valores bajos y oportunistas al acecho, según el profesor de Economía de Deusto, Massimo Cermelli.

El momento clave será "cuando se empiece a aplanar la curva sanitaria en Italia". "Entonces se producirá el repunte en el resto de mercados y habrá una señal clara de inversión de la tendencia", explicó Cermelli. El mes de abril será un buen momento, a su juicio, para invertir, no solo para los fondos, sino también para los minoristas que quieran rentabilizar sus ahorros.