El Grupo CaixaBank obtuvo en el primer semestre del 2019 un beneficio atribuido de 622 millones, un 52,1% menos que en el mismo periodo del año anterior. El resultado está marcado por el acuerdo laboral alcanzado en el segundo trimestre después de que la entidad bancaria planteara un ERE que ha supuesto un gasto de 978 millones de euros (685 millones de euros netos). Excluyendo este efecto, el resultado se incrementaría el 0,7% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, hasta los 1.307 millones, y la rentabilidad (ROTE) se situaría en el 9,4%. «El avance de estos seis meses supera con mucho las expectativas que teníamos. Los objetivos no eran poco ambiciosos y el entorno es más complicado que hace seis meses», resumió Gonzalo Gortázar en la presentación de resultados en Valencia. Los resultados no fueron acogidos con entusiasmo en la bolsa, donde el sector financiero se vio especialmente perjudicado y CaixaBank cedió más del 6%.

Esa evolución parece moverse al margen de la actividad bancaria. «Ha habido tres claves: la actividad comercial, el avance en las iniciativas del plan estratégico, con el acuerdo laboral que marca el trimestre, y el mantenimiento de la fortaleza del balance», puntualizó Gortázar.

El consejero delegado recalcó el efecto del acuerdo alcanzado para un ERE que supondrá la salida «voluntaria» de 2.023 trabajadores. «Las negociaciones son siempre difíciles pero lo importante es que acaben bien. Vamos a ser más eficaces». Precisó que la reestructuración permitirá al grupo un ahorro de 200 millones de euros al año. «Creo que nos hemos anticipado a los desafíos que nos vamos a encontrar».

El directivo afirmó que no prevén un ajuste «parecido» en el horizonte en el que trabajan, hasta el 2021, y que esperaba que «después tampoco». Pero admitió que «es inevitable» que el sector siga haciendo ajustes.

ÉXITO COMERCIAL / Gortázar enfatizó el «éxito comercial» del semestre y remarcó que «es la base» del negocio. «Hemos superado los 600.000 millones de euros de volumen de negocio. Son las cifras más altas que hemos visto desde hace mucho para CaixaBank», dijo. Los recursos de clientes han subido el 6,2% en el 2019 y el ahorro a la vista el 9%, algo en lo que influye el efecto estacional de las pagas dobles y que la entidad supera ya los cuatro millones de nóminas domiciliadas.

Impulsados por la buena evolución de los mercados, también suben los activos bajo gestión (4,5% anual) y crece el crédito a particulares el 5,8%, por el consumo (8,2%). Además, la financiación a empresas aumenta el 4,3% en el año. La ratio de morosidad se reduce hasta el 4,2% y los saldos dudosos descienden 581 millones, situándose en 10.402 millones de euros. La ratio de cobertura de la morosidad es del 54%. Eso sí, Gortázar admitió que, aunque el ritmo de crecimiento «es ciertamente relevante», no supone una mejora inmediata de los resultados, principalmente porque se afianza un entorno de tipos negativos. Explicó que están en una rentabilidad del 9,4% sobre los recursos propios y que el plan estratégico fija acercarse al 12% en el 2021. Lo diseñaron, recordó, con unas previsiones de tipos que no se han cumplido y que pueden hacer que la rentabilidad baje del 12% al 10%.

«Los tipos no solo no suben sino que van a la baja y tenemos que buscar la manera de compensar estos efectos negativos. No toca revisar las metas sino qué podemos hacer para mejorar».