A Caja de Ingenieros, por extraño que parezca, le ha sentado bien la crisis económica. Esta pequeña cooperativa de crédito ha obrado el "milagro" dentro de un sector financiero que ha estado en franco declive en los últimos años. Desde el 2008 su crecimiento ha sido espectacular: su beneficio se ha elevado un 140%, los recursos de clientes otro 70% y el activo total es un 20% mayor. La oficina de Zaragoza, que abrió en diciembre del 2007, ha seguido la misma dinámica y suma actualmente 3.306 socios-clientes, con un volumen de negocio, en constante expansión, de 65 millones de euros.

Este establecimiento financiero (paseo Pamplona, 12) ha logrado elevar su negocio un 20% en año y medio (un 11% más en el 2014 y un 10% en lo que va del 2015). Con seis empleados y un horario ininterrumpido de 8:30 a 19:00 horas, su objetivo ahora es crecer en banca de empresa y captar un mayor volumen de ahorros. Esto, tras unos años en los que, en plena sequía del crédito, se centró en financiación personal --hipotecas, fundamentalmente--. De hecho, el saldo crediticio del conjunto de la entidad ha subido un 16% durante la crisis, cuando en el sector ha retrocedido un 26%.

"No somos una entidad grande pero sí somos un gran entidad", afirmó ayer el director general de Caja de Ingenieros, Joan Cavallé, en declaracones a este diario con motivo de una visita a Zaragoza, donde se reunió con los Colegios Oficiales de Ingenieros, instituciones a las que está muy ligada la entidad gracias a la obra social de su fundación.

La fórmula de éxito, aseguró, se basa en prestar "servicios de calidad", lo que hace que "el 70% de nuestras nuevos clientes vengan por recomendaciones de los que ya lo son". También ha ayudado su menor exposición inmobiliaria, ya que no financió a ningún promotor del ladrillo.

EXPANSIÓN

Aunque por su nombre pueda parecer lo contrario, no es necesario ser ingeniero para ser cliente de la entidad, si bien este colectivo forma parte de su público objetivo junto a otras profesiones liberales como médicos o arquitectos. Sí es requisito indispensable ser socio de una de sus dos cooperativas.

Entre sus productos estrella destaca una tarjeta para estudiantes que permite sacar efectivo en cajeros automáticos en el extranjero sin comisiones o una hipoteca de bajos intereses (euribor más un diferencial del 1%).

La caja fue fundada en 1967 en Barcelona por un grupo de ingenieros. Hasta 1995 no dio su salto fuera de Cataluña. La oficina de Zaragoza, que se puso en marcha a finales del 2007 cuando la crisis empezaba a dar sus primeros coletazos, fue la número 13 de la entidad. Desde entonces, en plena retirada del resto de entidades, ha abierto otras 11 sedes y suma en estos momentos un total de 24.