Las bolsas europeas cerraron ayer un jornada de escasas variaciones y ajenas a los peligros que se ciernen en otros mercados. Aunque quizá sea pronto para considerarlo una amenaza real, la inesperada pero abrupta subida del petróleo --ayer remontó hasta los 112,2 dólares por barril y añadió casi un 3% al valor de la jornada anterior-- dio motivos de preocupación a los inversores en el mercado de materias primas. La incertidumbre puede venir inducida por tambores lejanos (de conflcto armado): el avance yihadista en Irak, una amenaza para los precios del crudo. El repunte no fue suficiente como para que se dispararan los nervios, aunque tratándose de los mercados cualquier hipótesis debe se considerada hasta que no demuestre su inconsistencia.

Más allá de la incierta amenaza, el mercado de deuda soberana encontró motivos que provocaron oscilaciones intensas en las cotizaciones. El Tesoro comunicó el resultado de la colocación sindicada de bonos a 10 años que había anunciado el miércoles. Finalmente se colocaron 9.000 millones de euros de deuda a un tipo de interés del 2,80%, lo que provocó que en el mercado secundario la rentabilidad pasara del 2,60% en que empezaba la sesión, hasta niveles cercanos al 2,70%. La prima de riesgo también se elevó en 10 puntos básicos, hasta los 131. Así que solo el Ibex 35 cerró una jornada apacible, si no se considera la abrupta subida de FCC del 4,48% por las informaciones de que George Soros se podría hacer con el control de la constructora a través de la sociedad de inversión de Esther Koplowitz.