El nuevo presupuesto para la zona euro no termina de despegar. La intención de los ministros de economía y finanzas es cerrar una propuesta detallada sobre la nueva capacidad presupuestaria, que busca apoyar la convergencia y la competitividad, en junio pero las negociaciones avanzan con lentitud y todavía no hay una postura clara. «Todavía son muchas las cuestiones abiertas y veremos si de aquí a junio conseguimos cerrar un máximo con un instrumento que satisfaga las pretensiones que nos hemos puesto», resumió la ministra de Economía, Nadia Calviño, a su llegada a la reunión del Eurogrupo.

Por ahora no está claro y lo que hay sobre la mesa no satisface al Gobierno de España. «No podemos quedarnos tranquilos o decir que cualquier cosa que se llame presupuesto de la zona euro ya consigue el objetivo. Se trata de crear un verdadero pilar fiscal con una capacidad de estabilización y de convergencia a través del ciclo», recordó la ministra española aunque eludió aclarar si España vetará la propuesta si no consiguen su objetivo. «Es demasiado pronto para decir qué sucedería si no conseguimos nuestro objetivo», añadió.

El problema, sin resolver todavía, es que hay capitales que no aceptan que el nuevo fondo tenga también una función de estabilización, como defiende Madrid para garantizar que servirá para ayudar a los países en crisis, y prefieren limitarse a financiar las reformas estructurales y las inversiones. También hay desacuerdos importantes sobre el origen de la financiación. Los países de la Liga Hanseática, encabezados por Holanda, defienden que las sumas procedan única y exclusivamente del marco financiero plurianual 2021-2027. El eje franco-alemán es partidario de incluir otras fuentes de financiación como la posible tasa a las transacciones financieras.