«Un zapato puede ser al mismo tiempo bonito, cómodo y respetuoso con el medioambiente». Esta es la máxima «innegociable» que sigue Ray Musgo, una empresa aragonesa que se dedica a elaborar calzado sostenible desde mayo del 2015.

Lorena Gasco, ingeniera química, y Javier Sánchez, geólogo, son los fundadores de esta marca y son ellos mismos los que gestionan todas las fases del proceso de fabricación, desde la búsqueda de materiales, pasando por el diseño de hormas y patrones hasta llegar a la comercialización. Y es que para ellos «el respeto por la naturaleza no es una cuestión de imagen o de marketing empresarial», sino que se trata de «la única manera» que conciben de desarrollar cualquier actividad empresarial. Esta firma fabrica de forma artesanal en un pequeño taller de Zaragoza con el fin de aportar su granito de arena «al reflote de una industria en horas bajas» en la capital aragonesa. De este modo, consiguen reducir al mínimo las emisiones contaminantes derivadas del transporte. «Este es un punto crucial que no siempre se tiene en cuenta, y es que no tiene sentido alguno que un producto sostenible esté fabricado en Asia, y que sus componentes procedan de países dispares», explican.

Galardones europeos

Con menos de dos años de vida, Ray Musgo ya ha lanzado su propia firma de calzado al mercado, se ha asentado en él y ha sido galardonada por Biocultura, una de las ferias referentes a nivel europeo en materia de producto ecológico. Pero el proyecto comenzó de forma modesta.

En el 2013 la empresa era solo una idea que decidieron presentar al Semillero de Ideas de Zaragoza Activa. Fue allí cuando comenzaron a dar forma al proyecto, que fue seleccionado como el mejor. Al año siguiente también ganaron el certamen de emprendimiento verde Greenweekend. Gasco y Sánchez terminaron de perfilar el concepto de Ray Musgo en una aceleradora de empresas en Bruselas, donde testaron los primeros prototipos de la firma y colaboraron con la Confederación Europea de la Industria del Calzado.

Actualmente cuentan con un punto de venta propio en el centro comercial Aragonia, donde venden sus colecciones al completo. Además, algunos de sus diseños se pueden encontrar en la zapatería Ocho y Medio y cuentan con una tienda on line desde donde envían de forma gratuita a toda la península. A nivel nacional venden en una quincena de establecimientos distribuidos fundamentalmente en la franja norte (Barcelona, Bilbao, San Sebastián, Santander, Oviedo,...) y Canarias. A nivel internacional trabajan con Benelux y Alemania -donde se prohíbe desde hace años la venta de zapatos con pieles de curtición de cromo-, aunque están en proceso de acceder a otros mercados europeos a corto y medio plazo. «La firma ha tenido un claro carácter de internacionalización desde sus inicios, ya que el europeo es un mercado muy adecuado para el tipo de producto que ofrecemos: hormas amplias, tallas grandes (hasta el 43) y sostenibilidad», subrayan desde Ray Musgo.

Materiales respetuosos

Desde la firma aragonesa reconocen que la utilización de pieles curtidas con extractos y proteínas vegetales, de hebillas y cremalleras libres de níquel, de forros de microfibra y algodón ecológico, entre otros materiales, encarece la fabricación. Sin embargo, desde Ray Musgo tratan de «reducir otros costes que las firmas convencionales puedan tener, como la publicidad o la logística, para que este sobrecoste no se vea repercutido en el precio final».