Aunque algunos mercados de abastos españoles aseguran que aún no se notan las consecuencias que puede tener para sus transacciones comerciales el veto ruso impuesto desde el pasado 7 de agosto, las organizaciones agrarias insisten en que la situación que vive la fruta de hueso es de "colapso". La Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA) insistió ayer en solicitar "la puesta en marcha de la retirada y no comercialización de una cantidad suficiente de producto y de manera efectiva a nivel europeo", financiado al 100% con fondos públicos y accesible a todos los agricultores. La postura común del sector en Aragón recoge esta medida, cuantificada en el 30% de la producción media de los tres últimos años de melocotón, nectarina y paraguayo. La cifra, según fuentes de la consejería de Agricultura de la DGA, ascendería a unos 350 millones de kilos.

UAGA también pide aplicar el principio de preferencia comunitaria y un control "exhaustivo" de los precios. En algunas zonas se está recomendando no recolectar y hay un aumento del interés por la retirada y la no cosecha en campo. En fruta de pepita, por su parte, la pera conferencia, que está en plena recolección, ha experimentado una severa caída y sus precios se encuentran al 50% de la pasada campaña por estas fechas, según UAGA: 30-35 céntimos por kilo en salida de almacén, frente a 20-25 céntimos al agricultor, por debajo de costes de producción). La recolección de pera Williams y, sobre todo, Alejandrina se prevé muy complicada (esta última suele tener como destino importante el mercado ruso). En cuanto a la manzana, también se encuentra en cotizaciones similares. La recolección de Gala ya ha comenzado y se sitúa en los 30-35 céntimos el kilo.

En hortalizas, la principal afectada de momento es el tomate. Según UAGA, se observa una caída del 50% de las cotizaciones desde el comienzo del veto en el tomate rama (22-25 céntimos el kilo se paga actualmente al agricultor, por debajo de costes de producción). Este podría ser un claro ejemplo de colapso de mercados, avisa la organización, ya que Holanda, con una gran nivel de producción en estos momentos, no puede mandarla a Rusia y, en consecuencia, se produce un hundimiento de los precios en el mercado interno de la UE.