El sector del carbón de Teruel vive sumido en un espejismo. Las empresas mineras y sus auxiliares trabajan en estos momentos a plena actividad debido a la demanda de la térmica de Andorra, que funciona estos días a máximo rendimiento, con los tres grupo de generación e incluso por las noches. Sin embargo, esta actividad, de la que dependen en la zona un millar de empleos directos, sigue en vilo al estar abocada al cierre en el 2020 si nada cambia, es decir, si Endesa no da marcha atrás a su plan de clausurar la central andorrana.

El Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital anunció en mayo que impulsaría un real decreto para frenar el cierre de las térmicas que queman el carbón nacional, pero esa norma no acaba de ver la luz, lo que inquieta al sector. Los sindicatos valoran volver a movilizarse este mes o en octubre como llamada de atención de la situación límite que vive el carbón. En Asturias y León, amagan incluso con convocar una huelga.

En un comunicado, UGT asegura que según se vienen desarrollando los acontecimientos «todo parece apuntar que las intenciones del Gobierno y las eléctricas pasan por el cierre definitivo de toda la minería del carbón». Por ello, este sindicato ha reclamado esta semana al Ejecutivo «que se deje de subterfugios» y, de ser así, «abra el diálogo para pactar con las organizaciones sindicales un plan ordenado de cierre» en el que se contemplen medidas sociales y económicas (prejubilaciones, bajas incentivadas y recolocaciones en empresas con garantías de futuro), de forma que el proceso sea «lo menos lesivo posible para los trabajadores y las comarcas mineras».

«No se sabe nada del decreto del Gobierno, ni plan a ni el plan b», lamentó Alejo Galve, secretario general de UGT en Teruel, quien señaló, que de continuar en punto muerto esta situación, los sindicatos promoverán movilizaciones. Al margen de la lucha por la continuidad del sector del carbón, Alejo consideró clave «estar preparados para lo peor», por lo que urgió a los gobiernos a reindustrializar la zona con alguna empresa «fuerte». La incertidumbre sobre el futuro contrasta con el gran dinamismo que vive ahora esta actividad. «Se está produciendo más carbón que nunca, La térmica está a tope y las contratas de Samca han recuperado mucho personal», destacó.