La Audiencia Nacional condenó ayer a 13 años y tres meses de cárcel y multa de 300 millones de euros a Germán Cardona Soler, conocido como el Madoff español, por una macroestafa financiera piramidal a través de la que, entre el 2007 y el 2010, se hizo con 350 millones de euros de 180.000 personas, residentes en más de 100 países. El fiscal, que pedía una condena de 21 años de cárcel, solicitó su inmediato ingreso en prisión, pero el tribunal decidió elevar a 75.000 euros la fianza que ya tenía fijada en 50.000 y le impuso dos comparecencias semanales en el juzgado.

La sentencia, que le declara culpable de blanqueo, asociación ilícita y delito continuado de estafa agravado en concurso ideal con falsificación en documento mercantil, también ha condenado a tres años de cárcel y multa de 900.000 euros a su pareja, Lina Mantilla, por blanqueo y asociación ilícita.

La resolución acuerda el decomiso de los bienes incautados y la disolución de su empresa, Evolution Market Group, cuyo nombre comercial era Finanzas Forex. Cardona empezó vendiendo móviles en Zaragoza y sin tener ningún conocimiento económico montó la sociedad que le permitió estafar en medio mundo. De todo lo recaudado solo invertía el 5% en bolsa, sin mucho éxito. El resto lo dedicaba a comprar inmuebles o desviaba los fondos al mercado de materias primas o el de oro, en el que invirtió 107 millones de dólares, bloqueados por la justicia estadounidense en el 2009.

Un año antes, la CNMV había advertido de que Finanzas Forex no estaba autorizada en España para captar inversores. Pero los clientes no sospechaban porque comprobaban «sus supuestas ganancias» a través de una web donde se les facilitaban movimientos ficticios.

En 180 páginas, los magistrados relatan cómo Cardona hizo su primera inversión a través de un bróker en EEUU desde una pequeña sucursal bancaria de Zaragoza. El dinero se colocó en Panamá y en cuestión de meses él y su entonces compañera, con la ayuda de un informático desde Argentina y tres vicepresidentes ficticios, empezaron a recaudar dinero de pequeños inversores.

La sentencia detalla cómo los acusados desarrollaron una «agresiva y engañosa publicidad» en internet o con conferencias en hoteles para ampliar sus clientes. En ella prometían rendimientos de hasta el 20% mensual con el plan de inversión más conservador y del 40% en el variable del mercado de divisas Forex. Además, se beneficiaron del boca a boca, ya que ofrecían a los inversores convertirse en «promotores» para ir subiendo de nivel hasta llegar el máximo, el séptimo. A cambio lograban comisiones del 0,5% de las cantidades aportadas o viajes, cruceros, coches de lujo o bonos para adquirir viviendas.