La plantilla de Cardinter, empresa zaragozana del sector textil, debe decidir si sigue adelante con su intención de emprender una huelga indefinida, que comenzaría el jueves, por los reiterados impagos de sus nóminas o, por el contrario, negociar con premura las condiciones del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de extinción que la firma presentó el pasado martes alegando causas económicas y que supondrá el despido de 40 de sus 52 empleados.

Ayer se suspendió la sesión de mediación, convocada ante el inminente inicio de los paros anunciados, para que hoy los trabajadores decidan en asamblea qué estrategia van a seguir: continuar con los planes de huelga y abrir el diálogo del ajuste laboral durante el plazo que permite la ley (30 días) o cerrar cuanto antes el expediente "para evitar que la empresa pueda jugar una baza inesperada, ya que no nos fiamos", indicaron fuentes sindicales.

La empresa incumplió el 5 de abril el acuerdo alcanzado en febrero en el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA), por el cual se comprometía a abonar en plazos las siete nóminas que llegó a deber a sus 50 trabajadores (a razón de tres sueldos en un primer pago de vez y una nómina y media cada mes hasta octubre). Así, su propietario ha faltado a su palabra a pesar de haber logrado el respaldo de Avalia --por una cantidad de 300.000 euros-- que le permitió lograr la refinanciación de su deuda con varias entidades financieras. Gracias a este pacto, consiguió entonces que sus empleados abandonaran una huelga de siete semanas.

Plantilla y sindicatos mantienen sus sospechas de que su intención sigue siendo "deslocalizar la actividad" a una fábrica que tiene en Túnez. Por este motivo, tampoco entienden el apoyo de Avalia. En este sentido, desde la sociedad de garantía recíproca del Gobierno de Aragón señalaron que su respaldo "va encaminado a mantener la compañía, su viabilidad y la devolución del dinero prestado", y resaltaron que los 300.000 euros "forman parte de una operación con un calado financiero mucho mayor".

Cardinter (Cardenal Internacional) ya prescindió en mayo del 2013 de 50 empleados, pero la primera medida de ajuste laboral se impuso en el 2007. La firma está especializada en la confección de trajes de ceremonia para caballero, tiene más de 20 años y llegó a emplear a más de 400 personas.