Una llamada teléfonica bastó para convencer a Carlos Mor, presidente de la Confederación Empresarial Turolense (CEOE Teruel), de que aceptase el reto de liderar el nuevo Consejo Regulador de la Denominación de Origen (DO) Jamón de Teruel. En el pleno celebrado ayer, ocho de los diez vocales que forman este órgano le propusieron para el cargo, mientras que como vicepresidente fue elegido Rubén Lapuente, responsable de Fomento Empresarial en la Cámara de Comercio de Teruel.

Mor llega "con ilusión" y "comprometido" para trabajar "en busca de la unidad y de puntos de encuentro" entre los empresarios del sector. "Voy a ejercer de vendedor y comercial, que es lo mío, para poner en valor el jamón de Teruel, que es un icono de la provincia y de todo Aragón, y para que esta actividad sea cada día más rentable en todo su proceso". Asimismo, reconoció que en los últimos meses ha "sufrido mucho" con los desencuentros en torno a la DO. "Los empresarios tenemos nuestras diferencias pero el Consejo Regulador es el sitio para debatir. Hay que pensar en el negocio y dejar aparte cosas personales", consideró Mor, que deberá afrontar como una de sus primeras misiones el nombramiento de un gerente.

Por su parte, Lapuente, quien ya formó parte de la junta gestora que asumió la dirección de la DO en los últimos meses, dijo que es un "honor" asumir ese cargo y defendió que en estos meses la gestora "ha estabilizado la situación financiera y burocrática". También apostó por trabajar tanto en la gestión como en la promoción.

Mor fue la segunda opción de los vocales del consejo elegidos en los comicios del pasado 9 de junio. El miércoles, en el primer pleno de constitución del órgano, estos propusieron como presidente de la DO a Fernando Calvo, un alto funcionario de la DGA que la consejería de Agricultura designó para presidir la comisión gestora temporal que ha dirigido la DO desde marzo. Esta decisión estuvo motivada por la dimisión, a mediados de enero, de la mitad del consejo (seis miembros representantes del sector ganadero) por "desacuerdos con la gestión" del entonces presidente, Eugenio García Belenguer. Agricultura rechazó esta opción por la "incompatibilidad" de los cargos.