El sector de la distribución vive momentos de incertidumbre. La inestabilidad de algunos mercados, los bajos precios y márgenes fruto de la crisis y la competencia de actores externos en la venta on line pasan factura a gigantes como Carrefour. La cadena francesa, que ayer presentó resultados semestrales, sufrió una importante caída en bolsa del 13,13% tras caer su beneficio y anunciar un recorte de sus previsiones para conjunto de este ejercicio.

Entre enero y junio Carrefour facturó un total de 43.053 millones, lo que supone un incremento del 6,2% respecto del mismo periodo del 2016. Sin embargo, sin tener en cuenta el impacto del cambio de moneda, el incremento interanual fue del 3,3%.

Ese aumento de las ventas, sin embargo, no se vio reflejado en mayores ganancias, sino todo lo contrario. La cadena obtuvo un beneficio neto de 154 millones, una cifra un 34% inferior a la lograda un año antes. El beneficio operativo recurrente se situó en 621 millones, el 12% menos, mientras que el endeudamiento neto de la empresa aumentó el 4,8%, hasta 7.720 millones.

«La fuerte competencia está resultando en una desaceleración en el crecimiento de las ventas comparables y en una gradual erosión de los márgenes operativos, especialmente en Francia», dicen los analistas.