El director general del Banco de Pagos Internacionales (BPI), Jaime Caruana, señaló ayer que las previsiones de consenso apuntan a que el crecimiento mundial volverá gradualmente a los niveles previos a la crisis pero observó que existen retos significativos y aparecen nuevos riesgos. "Después de siete años, la gran crisis financiera sigue proyectando una larga sombra sobre la economía mundial", dijo en la Asamblea General Anual del BPI en la ciudad suiza de Basilea.

"La buena noticia es que la economía mundial ha curado sus heridas y el crecimiento mundial ha repuntado este año. Las reformas han arraigado, si bien de forma desigual. La recuperación en las economías avanzadas ha ganado terreno. La zona del euro ha dejado atrás la recesión, mientras que la desaceleración en las economías de mercado emergentes parece que ha perdido fuerza", analizó Caruana. Sin embargo, en su opinión, "consumidores, empresas y bancos en economías azotadas por la crisis reparan todavía sus balances y lidian con el sobreendeudamiento".

Asimismo, Caruana destacó que algunas economías emergentes han entrado en la fase final de sus respectivos periodos de auge financiero, que si bien han contribuido a sacar a la economía mundial de la Gran Recesión, plantean ahora a las emergentes una serie de riesgos económicos, "que no pueden resolverse del todo con el margen de maniobra adicional de la política económica que han ganado las economías emergentes en los últimos años", señaló. Al respecto, subrayó que se debe producir una normalización de la política monetaria extremadamente expansiva de los últimos años, un proceso que "tiene un largo camino por delante".