La firma aragonesa Casa Matachín-Aves Nobles y Derivados no entiende de crisis. Su plantilla, formada por 350 personas, ha sumado 140 nuevos empleos en apenas tres años, mientras que su facturación se elevó un 20% durante el 2014 hasta cerrar el ejercicio con una cifra de negocio de 62 millones de euros (frente a los 52 del 2013). Un crecimiento meteórico que la empresa --convertida en una de las más importantes dentro del sector de los precocinados derivados de la carne de ave-- confía mantener este año para celebrar por todo lo alto su 25 aniversario.

"Sabemos que es difícil crecer siempre a estos niveles, aunque las previsiones para el 2015 también son buenas; esperamos alcanzar los 70 millones y crear entre 40 y 50 nuevos empleos", subrayó ayer a este diario el director general, David Botaya, que destacó que solo el año pasado se incorporaron 60 trabajadores. En el 2000, la firma apenas empleaba a 30 personas en su planta de Mercazaragoza.

La evolución de la compañía se ha cimentado en buena medida en sus esfuerzos en el ámbito comercial, ya que ha conseguido posicionar sus productos en grandes cadenas como El Corte Inglés, El Árbol, Carrefour, Simply o Eroski. Además, su firme apuesta por la innovación le ha llevado a ampliar constantemente su gama de productos hasta contar en la actualidad con más de 60 artículos (pechuga de pollo en lata, pinchos de pavo, albóndigas, hamburguesas, chistorra, brochetas adobadas, croquetas, san jacobos...).

Tras el crecimiento de los últimos años, la firma ya piensa en ampliar sus instalaciones de Mercazaragoza, donde cuenta con unos 7.500 metros cuadrados de superficie. "Llevamos aquí desde el 2003 y la planta ya se nos queda pequeña", señala Botaya, que apunta que, en un principio, les gustaría mantener la misma ubicación: "No sabemos si será posible, así que, por si acaso, estamos mirando otras localizaciones en el entorno de Zaragoza". En todo caso, Botaya indica que el proyecto aún se encuentra en "fase inicial" y que no se abordará "hasta 2016 o 2017".

La firma se constituyó en 1991, cuando la familia Botaya abrió un pequeño obrador en Zaragoza donde empezó a elaborar productos de forma artesanal.