La firma aragonesa Casa Matachín-Aves Nobles y Derivados no entiende de crisis. Su plantilla, formada actualmente por 298 personas, ha sumado 90 nuevos empleos en apenas dos años, mientras que su facturación se elevó un 15% durante el 2013 hasta cerrar el ejercicio con una cifra de negocio de 52 millones de euros. Un crecimiento meteórico que la empresa --convertida en una de las más importantes dentro del sector de los precocinados derivados de la carne de ave-- confía mantener a corto plazo.

"Todo dependerá de la evolución de las ventas, pero creo que volver a crear unos 80 empleos en dos años sería un escenario factible", subrayó ayer a este diario el director general, David Botaya, que recordó que en el 2000 la compañía apenas empleaba a 30 trabajadores.

Tal y como destacó el consejero de Industria de la DGA, Arturo Aliaga, durante la vista a sus instalaciones de Mercazaragoza, una de las claves de la evolución de Matachín es su apuesta por la innovación "constante". "Es un ejemplo de cómo incorporar valor añadido", aseguró Aliaga. No en vano, la cárnica aragonesa, que controla todo el proceso de elaboración, ha desarrollado una gama de "más de 60" productos (pechuga de pollo en lata, pinchos de pavo, albóndigas, hamburguesas, chistorra, brochetas adobadas, croquetas, san jacobos...). "No paramos de innovar porque queremos atender las demandas de los clientes", apuntó Botaya, que es uno de los propietarios de la empresa.

AMPLIARÁ SUS INSTALACIONES Además de en el lanzamiento de nuevos artículos, Matachín ha centrado sus esfuerzos en el ámbito comercial, ya que ha conseguido posicionar sus productos en grandes cadenas como El Corte Inglés, El Árbol, Carrefour, Simply o Eroski. Es esta fuerte evolución la que ha hecho que la compañía empiece a pensar en ampliar sus instalaciones de Mercazaragoza, donde cuenta con unos 7.500 metros cuadrados de superficie. "Nos gustaría quedarnos aquí, pero también estamos mirando otras posibles ubicaciones", señaló Botaya, que estimó un incremento de la facturación este año del 10%.

La firma se constituyó en 1991, cuando la familia Botaya abrió un pequeño obrador en Zaragoza donde empezó a fabricar este tipo de productos de forma artesanal. El "gran salto" se produjo en 1996, tras la entrada en el accionariado del grupo catalán avícola Padesa. "Ahora tiene más del 50% del capital y es ella la que nos suministra la materia prima desde sus granjas de pollos y pavos", explica Botaya.

La compañía, que clasifica sus productos en adobados, carnes elaboradas, conservas, empanados y platos preparados, gestiona cada año 11.000 toneladas de carne y procesa 13 millones de envases.